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Se fue Franklin Molina del Ministerio de Hidrocarburos sin lograr cambios estructurales, sin desarrollar el litio y con escasez de combustibles

Molina, que en reiteradas ocasiones había hecho un diagnóstico sobre el sector energético, no logró hacer su principal tarea; una ley del upstream que genere exploración. “Un ministro demasiado tibio”, dice Álvaro Ríos.

(#RadarEnergetico)_ Tres años y nueve meses después de asumir, el economista Franklin Molina fue reemplazado como Ministro de Hidrocarburos y Energías este 12 de agosto por Alejandro Gallardo Baldivieso, hasta ahora Gerente de la empresa de Industrialización de Hidrocarburos.

En el periodo del ministro saliente no se concretaron las reformas del sector hidrocarburos, las cuales en diferentes oportunidades manifestó que eran necesarias, tampoco hubo avances significativos en la explotación del litio.

Molina, un economista de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (UAGRM) de Santa Cruz, con posgrados en Bolivia y Chile relativos a gestión pública, administración, gestión financiera y gestión de empresas, tuvo a su cargo la hasta ahora incipiente industria del litio, cuya explotación tiene más incertezas que avances.

Asimismo, durante su administración, no se lograron descubrimientos de hidrocarburos de gran relevancia, la inversión privada se achicó a la mínima expresión y las importaciones de combustibles se duplicaron.

“Molina fue un ministro demasiado tibio, sin fuerza, sin apoyo político, las políticas venían de YPFB y de otros lados. Fue el único dentro el gobierno que manifestaba que necesitábamos un nuevo marco jurídico para incentivar exploración y quedó en nada”, apuntó el exministro y analista en temas de energía, Álvaro Ríos.

Una fuente del sector petrolero comentó a Radar Energético que el ministro saliente “era un hombre de buenas intenciones, pero de muy pocas concreciones”.

Antes de asumir el cargo en 2020, Molina había sido durante cinco años Viceministro de Desarrollo Energético en el Ministerio de Hidrocarburos y Energía, en la gestión de Evo Morales.

También, trabajó en el Viceministerio de Electricidad y la Autoridad de Regulación y Fiscalización de Telecomunicaciones y Transportes (ATT), así como director de la Transportadora de Electricidad SA (TDE).

REFORMAS FRUSTRADAS

A un año de asumir el cargo, en noviembre de 2021, Molina parecía tener claro lo que se tenía que hacer en el sector hidrocarburos, vital para la economía del país, aunque cada vez menos relevante.

“La Ley 3058 (de Hidrocarburos), promulgada en 2004, cumplió su ciclo y se deben hacer ajustes porque el sector de hidrocarburos requiere fuertes inversiones”, decía entonces al identificar que era necesario “ser autocríticos en sentido que hace algunos años estamos en una situación de una declinación de la producción, aproximadamente desde 2015 a la fecha y que definitivamente ha impactado en los volúmenes”.

Sin embargo, dos años y medios después de aquella declaración, las reformas no tomaron cuerpo por diversas razones.

En mayo de 2024, Molina reiteraba la necesidad de modificar la estructura legal de este sector ya que, en todo ese periodo, la producción de gas natural cayó 10 millones de metros cúbicos y las inversiones realizadas en exploración no tuvieron resultados fructíferos.

“Nuestro objetivo es impulsar tanto la producción como la reposición de reservas, asegurando así la sostenibilidad de un sector vital para nuestro país y garantizando su seguridad energética”, dijo recientemente, vislumbrando resultados para el final de la década.

Molina dijo que los nuevos proyectos de exploración y explotación deben ser capaces de ejecutarse rápidamente y que “es fundamental que el ciclo administrativo de gestión de contratos sea más expedito”.

En junio organizó un foro energético que buscaba darle norte a las políticas energéticas, pero que, en su amplitud, según algunos participantes al evento, miraba un horizonte tan lejano (2050), que olvidaba despejar las piedras del camino inmediato.

LITIO

El litio, cuyo proyecto de explotación cambió de enfoque tecnológico con el actual Gobierno, pasando del método de las piscinas de evaporación a la extracción directa (EDL), sólo tuvo como hecho relevante la firma de convenios con empresas chinas y rusas para explorar la posibilidad de inversiones para la extracción del mineral clave para las baterías para autos eléctricos.

Sin embargo, no se concretó el tratamiento de una ley del litio que permita fijar las condiciones mediante las cuales las empresas explotarán el mineral.

En consecuencia, tampoco se firmaron contratos de inversión con empresas inversionistas.

Mientras los países vecinos corren aceleradamente a explotar y desarrollar el mineral, Bolivia ha estado entrampada en la falta de capacidad técnica, de gerenciamiento y de visión global de un proyecto de grandes proporciones donde los errores y retrasos pueden ser perniciosos para las aspiraciones bolivianas de buscar ser parte del mercado mundial del litio, pero que al parecer sin saber cómo.