En los últimos 10 años se subsidiaron 4,5 trillones de dólares en todo el mundo. En Bolivia más de $us 6 billones desde 2006.
(RE).- El mundo necesita un “aumento histórico en la inversión en energía limpia” para evitar impactos severos del cambio climático. Sin embargo, las inversiones en energía sostenible a veces enfrentan una lucha cuesta arriba porque los precios regulados o los impuestos favorecen a los combustibles fósiles, concluye el nuevo informe ‘Net Zero para 2050’ de la Agencia Internacional de Energía (AIE).
In 2020, the value of fossil fuel consumption subsidies fell by 40% to a record low, but growing fuel prices & energy use are set to drive a rebound this year.
Our new commentary explores the challenges these subsidies create on a pathway to net zero ➡️ https://t.co/PtBN4RCD6A pic.twitter.com/864lDqUtbV
— International Energy Agency (@IEA) June 29, 2021
Estas distorsiones del mercado son un obstáculo para un futuro energético más limpio, dice la organización mundial.
En la reciente cumbre de los líderes del Grupo de los Siete (G7) reafirmaron su propio compromiso de eliminar los subsidios ineficientes a los combustibles fósiles para 2025 y pidieron a todos los países unirse a esta cruzada, “reconociendo el importante recurso financiero que esto podría desbloquear a nivel mundial para apoyar la transición energética”.
La AIE hace un seguimiento a los precios de la energía que pagan los consumidores en todo el mundo y compara con precios de referencia que reflejan su valor de mercado total (la denominada metodología de «diferencia de precios» para estimar los subsidios al consumo). De esta manera, estima el tamaño de los subsidios al consumo de combustibles fósiles a nivel mundial a lo largo del tiempo.
En ese marco, en los últimos 10 años se subsidiaron 4,5 trillones de dólares al consumo de combustibles fósiles. En la década, el año de mayor subsidio fue 2012 con 589 billones o dicho de otro modo $us 589.000 millones. 14 veces el PIB anual de Bolivia.
En 2020, la caída de la demanda y los precios de los combustibles fósiles redujeron el valor de estos subsidios al consumo de combustibles fósiles a un mínimo histórico de algo más de $us 180.000 millones, un 40% inferior a los niveles de 2019 y es la cifra anual más baja desde 2007.
“Sin embargo, el repunte de los precios del combustible y el uso de energía, junto con el progreso vacilante en las reformas de precios, es probable que aumente el valor de estos subsidios al consumo nuevamente en 2021. Esta es una tendencia preocupante en un momento en que los países necesitan redoblar los esfuerzos para acelerar las transiciones energéticas”, dice el informe.
DESMONTAR SUBSIDIOS
La complejidad de la reforma de los precios de los combustibles quedó ilustrada nuevamente durante la agitación social y económica causada por la pandemia. Los precios mundiales del petróleo más bajos abrieron una oportunidad para la reforma, ya que la brecha más estrecha con los precios basados en el mercado redujo el riesgo de una reacción política o social, o una sacudida a la inflación. En los principales países productores de petróleo y gas, los menores ingresos procedentes de los hidrocarburos crearon graves tensiones fiscales, lo que aumentó la presión para eliminar los subsidios implícitos a los combustibles.
Sin embargo, si bien las reformas de precios avanzaron en algunos países, la severa crisis económica y de salud pública causada por Covid-19 llevó a algunos gobiernos a mantener o incluso reforzar los subsidios al consumidor como una forma de apoyar las finanzas familiares y comerciales; estas iniciativas tendían a concentrarse en el sector eléctrico.
La AIE en su informe subraya que la eliminación de los subsidios ineficientes a los combustibles fósiles es una parte integral de la combinación de políticas para abordar el cambio climático.
“Hay muchos ejemplos de reformas exitosas para orientar a los formuladores de políticas, que muestran los múltiples beneficios de programas de eliminación bien diseñados. Los ingredientes del éxito son bien conocidos: un calendario claro y gradual que se comunica y explica claramente a los consumidores, planes para mitigar el impacto en los sectores más pobres y vulnerables de la sociedad y esfuerzos para aumentar la oferta de electrodomésticos de alta eficiencia para amortiguar el impacto en todos los consumidores. La reforma de precios es políticamente desafiante pero económica y ambientalmente esencial si el mundo quiere encaminarse hacia un futuro energético más sostenible”, dice la organización.
En el caso boliviano, desde 2006 a 2019 la subvención a los precios de combustibles llegó a $us 6.467 millones generando un agujero a las cuentas fiscales, sin que hasta ahora haya habido un cambio de las políticas al respecto.
¿QUÉ ES UN SUBSIDIO O SUBVENCIÓN?
El economista Mauricio Medinaceli, en su blog de columnas sobre economía e hidrocarburos, lo define como una transferencia de recursos (usualmente dinero) de un grupo de personas a otro grupo de personas. No un regalo del presidente, el congreso o algún funcionario de Gobierno. Para poner las cosas en simple: El Gobierno no subsidia, lo hacemos las personas.
El subsidio “clásico” se presenta cuando el Gobierno define un precio al consumidor menor al costo de producción (o importación). En este sentido, a la diferencia entre los costos + una ganancia razonable y el precio efectivo de venta, se le denomina subsidio. De esta forma, se transfieren recursos de los contribuyentes a los consumidores del producto subsidiado.
Dicho de otro modo, si el costo es 10, pero se define que el precio final del producto será 7, el Gobierno transfiere la diferencia, es decir 3 para cubrir los 10 del costo. 3 es el subsidio.