Los contratos de riesgo compartido, luego fueron migrados a contratos de servicios con las mismas empresas en el marco de la llamada “nacionalización”. El Tribunal Supremo de Justicia emitió sentencia porque los documentos no fueron aprobados por el congreso de ese entonces.
(#RadarEnergetico)_ 19 años duró el juicio del caso Petrocontratos, iniciado en 2005, en el que se acusaba a Gonzalo Sanchez de Lozada y algunos de sus ministros de firmar 107 contratos petroleros con empresas internacionales, sin autorización del Congreso.
Esos mismos 19 años, el masismo se benefició con los mayores ingresos en la historia del país fruto de las reservas de gas y petróleo descubiertas bajo esos contratos, ingresando más de 60.000 millones de dólares a las arcas estatales.
Según la Fundación Jubileo, en su estudio “Renta Petrolera – La apuesta de la política hidrocarburífera boliviana”, en estos 19 años que lleva vigente la Ley de Hidrocarburos Nº 3058, “los ingresos por la explotación de hidrocarburos que ha recibido Bolivia superan los 63.000 millones de dólares, de los cuales, poco más de 45.000 millones han quedado como participación estatal en la renta petrolera”.
Los contratos de riesgo compartido, luego fueron migrados a contratos de servicios petroleros con las mismas empresas en el marco de la llamada “nacionalización”.
Lo que es peor aún, durante dos décadas los gobiernos de Evo Morales y Luis Arce no encontraron reservas petroleras para reponer lo descubierto bajo los cuestionados contratos.
La acusación se basa en que los contratos no tuvieron la aprobación del congreso. Un trámite administrativo que no cambiaba la esencia de los mismos y que benefició ampliamente al país y sobre todo a los gobiernos desde entonces.
Gonzalo Sánchez de Lozada como presidente, Jorge Berindoague, Carlos Contreras y Carlos López como exministros y viceministros, fueron acusados de “afectar gravemente la soberanía, el patrimonio e intereses del país en gestiones pasadas, pretendiendo imponer un modelo neoliberal, esencialmente capitalista y mercantilista en el manejo de la economía”, según dice el Ministerio de Justicia de Bolivia en un comunicado lleno de arengas lejos de lo estrictamente jurídico.
El Tribunal Supremo de Justicia emitió sentencia condenatoria con penas de 5 a 6 años a ser purgados en la cárcel de San Pedro, de La Paz.
El Ministerio de Justicia dice que iniciará los trámites para la extradición de Gonzalo Sánchez de Lozada (Goni) desde Estados Unidos.
El ex presidente Sanchez de Lozada, de cerca de 90 años de edad, reside en Estados Unidos desde 2003 y, según fuentes de prensa, varios de los sentenciados también.
Por el tipo de sentencia, por la edad que tiene y sobre todo por contar con nacionalidad estadounidense, según fuentes jurídicas consultadas, existen nulas posibilidades de que el país del norte extradite al expresidente que dirigió el país entre 1993 y 1997 y entre 2002 y parte de 2004.
Goni en su primer gobierno generó las mayores reformas estructurales que permitieron el mayor flujo de inversión extranjera directa en la historia del país en el corto periodo, modernizó la industria petrolera al punto de convertirla en clase mundial, atrajo a grandes empresas petroleras que aun operan en el país y sentó las bases de una economía de libre mercado que luego fuera demolida por los gobiernos siguientes, resultado de lo cual hoy el país sufre de escasez de combustibles, dólares y sobre todo de reservas de hidrocarburos.
La “siembra” de Goni y de los gobiernos precedentes que consolidaron el mercado de gas de Brasil, el mayor negocio en la historia de Bolivia, fue cosechada y despilfarrada por los gobiernos de izquierda que establecieron políticas rentistas, dedicándose a gastar y gastar sin reponer.
RECAUDACIÓN POR IMPUESTO DIRECTO A LOS HIDROCARBUROS – EN MILLONES DE DÓLARES
En este punto, el masismo más bien debiera estar agradecido por esos contratos, ya que los ingresos generaron la mayor bonanza de la historia del país, del cual el partido de gobierno fue el más beneficiado aunque finalmente todo se haya hecho “gas” y hoy los bolivianos estén haciendo fila para conseguir un poco de combustibles.