El 86% del diésel que consume Bolivia es importado. En 2005 el Estado gastaba 190 millones de dólares para la importación, en 2024 rondará los 2.000 millones. La consultora GELA, dirigida por Álvaro Ríos, considera que todo se origina por haber descuidado la exploración de hidrocarburos.
(#RadarEnergetico)._ La producción nacional de diésel llega apenas a 5.060 barriles diarios (Mbpd) de los 45.000 barriles que necesita el mercado cada día. Hace una década superó los 17.000 barriles.
Yendo un poco más atrás. Entre 2005 y 2020, la producción nacional de diésel pasó de cubrir el 67% de la demanda interna al 43%. En cuatro años la caída fue aun más acelerada. Hoy apenas llega al 4% y cayendo.
AÑO TRAS AÑO
Aunque Bolivia siempre fue deficitaria en diésel, el grado de dependencia de las importaciones, tanto en volúmenes como en recursos monetarios, ha llegado a números record.
En 2023, el Estado boliviano importó 1.499.611 toneladas de diésel frente a las 820.484 toneladas de 2014, lo que representa un crecimiento de 82,8%. En cuanto al importe pagado por la compra del combustible fósil, el incremento fue de 119,7%, de $us 828,9 millones en 2014 a $us 1.821,1 millones en la gestión pasada.
En ese marco, la necesidad de incrementar las importaciones tiene su origen en la caída de la producción nacional. Solo para tomar en cuenta los últimos trece años, comenzando en 2012, la producción pasó de 12.580 barriles diarios (Mbpd), a un pico de 17.320 en 2015, a 12.200 en 2020 y una pronunciada caída que lo llevó a los 5.910 en 2023 y casi tocar piso con 5.000 barriles con datos a septiembre, proyectados a diciembre de 2024, por la consultora GELA.
Un dato de contraste es que, en 2005, el Estado boliviano gastaba 190 millones de dólares en importar diésel, y en 2024 la cifra rondará los 2.000 millones.