Bolivia vive su peor crisis de combustibles en décadas debido a la falta de dólares para la importación de diésel y gasolina, ya que la producción nacional ha llegado a su nivel más bajo. “Es el resultado de un modelo económico estatista fracasado”, dice Álvaro Ríos.
(RadarEnergetico)_ No es casual, no es reciente y no es fácil de resolver.
La crisis de los combustibles en Bolivia es visible en las kilométricas filas en centenares de surtidores en el país y sobre todo en Santa Cruz, donde se puede demorar hasta dos días esperando para cargar diésel o gasolina.
“Hace diez años lo vengo diciendo, el haber descuidado la exploración trae graves consecuencias”, dice el analista y consultor de GELA, Álvaro Ríos, quien advierte que en 2028 Bolivia podría estar también importando gas natural.
“Es el resultado de un modelo económico estatista fracasado”, enfatiza.
Para Ríos, ‘la debacle’ energética se inicia con la Ley de Hidrocarburos 3058, que aprobó un Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) del 32% que mató las inversiones para la exploración de nuevas reservas. Luego con la ‘Nacionalización’ y posteriormente con la ‘refundación’ de YPFB, que se apodera de todo el sector petrolero, dejando de lado a la iniciativa privada.
En ese marco, las consecuencias están hoy en las calles. Desde hace más de un año, las filas en los surtidores fueron advertidas y, en los últimos meses, los periodos de escasez se intensificaron, llegando a una etapa de desfase de tres semanas en la que llenar el tanque ha sido más difícil que nunca.

DATOS
Actualmente Bolivia importa alrededor del 90% del diésel que consume y el 60% de gasolina.
En la última década la producción nacional de hidrocarburos líquidos cayó 53% y la producción de gas natural descendió 46%. Por lo tanto, la caída de la producción de gasolina no es casualidad, sino la causalidad de su estrecha relación con la actividad productiva que en los últimos años se vino abajo. El caso de los hidrocarburos líquidos es aún peor.
DIESEL
Datos disponibles desde 1990 evidencian que la producción nacional de diésel al cierre de 2024 tuvo su peor desempeño, dejando al país a expensas de la importación de este energético que hoy es requerido con urgencia por el sector agropecuario y el transporte, principalmente.
En 1990 la producción local de diésel, llegó a 7.000 barriles diarios (Bbl/d). En 2024 la misma fue de 4.815 Bbl/d), según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE). En contraste, en 2015 llegó a 17.322 Bbl/d.
PERIODOS MARCADOS
En la primera década, de 1990 a 2000, la producción de diésel en las refinerías nacionales se mantuvo en el promedio de los 7.700 barriles diarios.
Las reformas y la modernización de la industria petrolera boliviana a partir de 1996, permitió que a inicios de la década de los 2000 se comenzara a tener resultados positivos, incrementando considerablemente la refinación local. En el periodo de 20 años, de 2000 a 2020, la producción pasó a un promedio de 12.600 barriles diarios, con picos de 17.000. Todo ello a la par que crecía la producción de gas natural y la de hidrocarburos líquidos.
A partir de 2021 y hasta 2024, según datos del INE, se nota una caída en la producción del energético refinado, marcando un promedio de 7.400 Bbl/d para ese periodo. Es decir, 5200 barriles menos que el promedio de los 20 años anteriores.
En diciembre de 2024, la producción de diésel local descendió a 3.900 barriles de los 45.000 barriles que consume a diario el país. Menos del 10% del diésel proviene de las refinerías nacionales y más del 90% debe ser importado.
En el periodo 2021-2024, por la importación de diésel y de gasolina, el Estado boliviano erogó $us 12.500 millones. Y sólo en 2024, pagó $us 3.350 millones
A menos producción nacional, más importación.