Los representantes de los casi 200 países trabajan a contrarreloj en busca de un acuerdo que salve la cumbre.
La COP28 en Dubai debía haber terminado esta mañana, pero la falta de consenso sobre la declaración final ha hecho que se esté prolongando unas horas, mientras se prepara un nuevo borrador. Los representantes de los casi 200 países trabajan a contrarreloj en busca de un acuerdo que salve la cumbre.
Aunque el presidente de la Conferencia, Sultan al-Jaber, de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), había querido concluir la reunión el martes por la mañana, muchos países siguen decepcionados porque el borrador de texto de 21 páginas presentado ayer no va lo suficientemente lejos en cuanto a los compromisos para poner fin al uso de combustibles fósiles.
La presidencia de Dubai ha prometido un nuevo borrador para las próximas horas y ha reconocido que existe una fuerte división entre los países en torno a los combustibles fósiles.
El problema está en reducir el uso de combustibles fósiles, o hacerlos desaparecer. Su alusión en la declaración final de la Conferencia de Países sobre Cambio Climático es la clave, y de ello depende que sea un gran éxito, o una gran decepción. Las críticas recibidas por el primer borrador en que sólo se habla de «reducir» el uso de hidrocarburos no han extrañado en la presidencia de la COP.
La presidencia de Dubai dice que quiere un acuerdo que incluya una referencia a la reducción de los combustibles fósiles, siempre manteniendo el objetivo de limitar el calentamiento de la temperatura a un grado y medio. Cree que, de lograrse, sería un acuerdo histórico.
A esta hora, sin embargo, no parece fácil conseguirlo. A la espera de conocer el nuevo borrador, lo que se puso ayer sobre la mesa es «inaceptable» para la Unión Europea y se queda corto para Estados Unidos y Canadá. En cambio, va demasiado lejos para los países árabes productores de petróleo.
Los grupos ecologistas, por su parte, consideran ofensivo que el texto no incluya la eliminación de combustibles fósiles. Y también han dado la voz de alarma porque el texto habla de energía nuclear entre las tecnologías para la descarbonización.
EITB MEDIA