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El Gran Chaco podría convertirse en un modelo para equilibrar el crecimiento económico con la preservación ecológica

Un nuevo informe de Tropical Forest Alliance (TFA), una iniciativa del Foro Económico Mundial revela cómo el segundo bosque más grande de América del Sur puede posicionarse como líder mundial en agricultura regenerativa y ganadería sostenible. El modelo propuesto se conocerá este 27 de marzo

Con las inversiones, políticas y asociaciones adecuadas, el Gran Chaco Americano tiene el potencial para equilibrar el crecimiento económico con la preservación ecológica en esa región de gran riqueza natural que abarca cuatro países de Sudamérica, según un informe de Tropical Forest Alliance (TFA). Con este modelo, el sector carne en particular puede generar un impacto ambiental positivo al mejorar la salud del suelo, la eficiencia del agua y la biodiversidad.

Con una extensión de más de 1 millón de kilómetros cuadrados (100 millones de hectáreas) dentro del territorio de Argentina, Paraguay, Bolivia y Brasil, el Gran Chaco es una de las regiones más biodiversas del mundo, hogar de 3.400 especies de plantas, 500 especies de aves y más de 200 especies de reptiles y anfibios, entre otras. También es un sólido motor económico, al producir para el mercado interno y la exportación grandes volúmenes de soja y sus cultivos de rotación (maíz, sorgo y trigo), así como ganadería. Sin embargo, la creciente presión de la expansión agrícola amenaza su equilibrio ecológico.

«Con las inversiones, políticas y asociaciones adecuadas, el Gran Chaco podría convertirse en un modelo para equilibrar el crecimiento económico con la preservación ecológica”, subrayó Jack Hurd, director ejecutivo de Tropical Forest Alliance, plataforma del Foro Económico Mundial.

El informe de TFA “The Gran Chaco: Pathways Towards a Sustainable Future” (en castellano, “El Gran Chaco: caminos hacia un futuro sostenible”), desarrollado en colaboración con el Foro Económico Mundial y la consultora latinoamericana de sostenibilidad REVER, detalla cómo este estratégico bioma podría liderar el camino en la integración de la producción agrícola con la conservación ambiental.

Basándose en una investigación exhaustiva, el documento establece varias prioridades para transformar el Gran Chaco en un modelo de desarrollo sostenible, entre ellas:

  • Fortalecer las políticas de uso de la tierra para promover una expansión agrícola sostenible.
  • Mejorar la transparencia de las cadenas de suministro para garantizar una producción libre de deforestación, mediante sistemas de trazabilidad mejorados e iniciativas como VISEC (Visión Sectorial del Gran Chaco Argentino).
  • Ampliar los incentivos financieros, como los mercados de carbono y los bonos verdes, para apoyar las iniciativas de sostenibilidad.
  • Utilizar el ecoturismo como una herramienta complementaria para aumentar los ingresos de los agricultores y apoyar los esfuerzos de conservación.

Al momento, existen muchas iniciativas que demuestran la viabilidad de la agricultura regenerativa y el ecoturismo, y ampliar estos enfoques podría posicionar al Gran Chaco como un líder global en desarrollo sostenible.

Entre las estrategias regionales sostenibles, se destacan los sistemas integrados de cultivos-ganadería-silvicultura (ICLF, por sus siglas en inglés). Estos enfoques integran principios de manejo efectivo del suelo y del ganado, al mismo tiempo que fomentan la salud tanto de los seres humanos como de los ecosistemas. Incluyen prácticas como el pastoreo rotativo y el uso de pastizales nativos para minimizar el impacto ambiental.

Con este modelo, el sector de la carne tiene un gran potencial para generar un impacto ambiental positivo al mejorar la salud del suelo, la eficiencia del agua y la biodiversidad.», dijo Hurd.

El ecoturismo, además, puede servir como una herramienta complementaria para los productores agrícolas y ganaderos, con el fin de aumentar sus ingresos y apoyar los esfuerzos de conservación. Establecer reservas privadas de la naturaleza, junto con áreas protegidas por el Estado y vincularlas a través de corredores ecológicos, crea rutas y senderos de ecoturismo que promueven la biodiversidad local, facilitan el movimiento de la fauna silvestre y generan oportunidades de empleo sostenibles a largo plazo.

El documento, que se hará público este 27 de marzo, establece que ampliar estos enfoques de manera efectiva requiere una acción colectiva entre empresas, gobiernos, instituciones financieras, grupos de la sociedad civil y otros actores clave en la toma de decisiones.

También aboga por la colaboración entre Argentina, Bolivia, Brasil y Paraguay para desarrollar reformas, estrategias y tácticas unificadas y duraderas que allanen el camino hacia el crecimiento sostenible de esa región.

«Este informe es un llamado a la acción para que todos los stakeholders inviertan en el Gran Chaco y prioricen su futuro», instó Hurd. «Con la creciente demanda mundial de alimentos y commodities, la región ofrece una oportunidad sin precedentes para liderar el camino en la reconciliación entre la producción y la gestión ambiental. Los gobiernos, las empresas, las ONG y las organizaciones multilaterales deben trabajar juntos para garantizar que el Gran Chaco siga siendo un paisaje productivo, resiliente y biodiverso para las generaciones venideras».