Argentina está tomando protagonismo mientras Bolivia languidece en la inacción. Mientras que Vaca Muerta logró un record de producción de petróleo de 381 mil barriles de crudo, un 17% más que en febrero de 2022, y 90 millones de metros cubicos diarios de gas, 8% más que el mismo periodo anterior, Bolivia tuvo su peor producción en 20 años; 31 millones diarios.
(#RadarEnergético).- «Creo que Argentina no solamente va a ser el neto proveedor de energía de Bolivia, sino del Cono Sur”, dice Álvaro Ríos Roca, exministro de Hidrocarburos y Director de Gas Energy Latín América.
El panorama energético regional, el cual Ríos viene estudiando desde hace tres décadas, ha tenido cambios a lo largo de ese periodo. Vio el florecer de la industria gasífera con la construcción del gasoducto Bolivia-Brasil, en los años 90´s, la amplia capacidad productiva y exportadora boliviana y, ahora el declive. De producir 60 millones de metros cúbicos diarios en 2015, con datos a febrero de 2024, Bolivia produce 31 millones.
Hasta hace unos años, nuestro país era visto como el gran proveedor de gas natural de la región del Cono Sur, ahora el panorama es diametralmente diferente.
«Estamos transitando un camino contrario al de Argentina: de ser un país neto exportador de energía con elevados impuestos, estamos transitando a ser un país netamente importador, con elevados subsidios y esa ecuación no funciona”, sentencia Ríos.
Considera que, la importación de crudo argentino, anunciado a inicios de marzo por el gobierno boliviano, es el primer paso hacia la dependencia energética de Bolivia del vecino del sur.
Andrés Armijos, responsable de LATAM en la consultora Welligence Energy Analytics, con base en Houston, analiza que Bolivia desde 2014 no ha tenido éxito en sus planes exploratorios para reponer reservas y consideró que «la realidad es que no apunta bien a ser un país que tenía un superávit inmenso asociado a la producción, no solo de gas para el mercado doméstico sino también para exportar», citado por Mas Energía.
DE SUR A NORTE
Los especialistas aseguran que Neuquén, la provincia argentina donde se encuentran los yacimientos de hidrocarburos no convencionales, será la proveedora de energía por excelencia del Cono Sur, desplazando a Bolivia en este rol estratégico, el cual no supo sostener.
«Ahora Argentina empieza a avanzar con la infraestructura y el crecimiento de su producción, lo que es un cambio importante en lo que es la dinámica de mercado del Cono Sur. Antes siempre se hablaba de que Bolivia estaba supliendo a Brasil y Argentina, pero ahora todo está cambiando, el gas está fluyendo hacia el norte. Entonces en verdad Bolivia se está quedando totalmente fuera y no ha podido atraer inversiones», retrata Armijos.
Álvaro Ríos considera que Argentina perderá, por falta de inversiones, el interés en los hidrocarburos convencionales y que la producción no convencional será la que imponga su supremacía. Aseguró que «toda la energía va a salir de Neuquén. Argentina, en la medida en que produzca más petróleo, va a producir más condensado y más gas natural, va a tener más GLP. Y esos volúmenes exportables tienen que salir hacia algún lado» y apuntó como destinos «naturales» Paraguay, Chile y Bolivia.
POZOS CAROS
“Creo que modelos actuales no son muy atractivos. En primer lugar, es bastante costoso y difícil perforar en esa zona (subandino boliviano). Son pozos ultra profundos y ultra complejos. Repsol, por ejemplo, ha ejecutado pozos, pero son pozos de casi 100 millones de dólares en algunos casos», dice Armijos.
Considera que el proceso político que se inicia con la llegada de Evo Morales a la presidencia boliviana, el panorama empresarial cambió. «Nadie quería entrar tras la nacionalización de empresas a pesar de que Bolivia tiene mucho potencial”, dice.
Ríos Roca agrega que actualmente «hay un pozo exploratorio en perforación y dos por verse. Lo cual es muy poco. Y con la tasa de éxito que tenemos, pues veo muy difícil que Bolivia pueda tener una reposición de reservas con esto y si se descubre algo habrá que ver si son comerciales».
BRASIL
Ante este panorama, el juego pareciera ser entre los dos gigantes del continente; Brasil y Argentina.
Por un lado, Brasil como único comprador del gas boliviano por algunos años más, y Argentina en un rol invertido, ya sea vendiendo gas a Brasil vía los gasoductos bolivianos y en el futuro cercano, exportándole gas a Bolivia.
La fortaleza de los yacimientos de Vaca Muerta y su creciente capacidad de producción de gas natural y de petróleo, lo ubican como el nuevo jugador importante para abastecer la región.
Un ejemplo de ello es la compra de 8 buques de petróleo argentino por parte de YPFB para abastecer el mercado boliviano.
Una muestra del nuevo escenario que se comienza a estructurar en la región donde Argentina empieza a tener más protagonismo a partir del éxito de sus yacimientos de Vaca Muerta y, Bolivia va quedando rezagada en un mercado que otrora fue suyo y que, por la falta de exploración, y por ende de reservas, fue perdiendo capacidad de producción.
Después, se cree que Bolivia importará GLP y finalmente gas natural, sin que los operadores sectoriales reaccionen para generar soluciones de fondo, las cuales los analistas consideran que están ligadas a la eliminación de los altos subsidios y a la escasa inversión debido a lo poco atractivo de las condiciones legales y fiscales. En síntesis, un sector atrapado en las malas decisiones políticas, habiendo perdido mucho tiempo, el cual en esta industria no es recuperable.
“Vamos a ser terminar siendo dependientes de las importaciones de gas de Argentina”, dice Álvaro Ríos.
Pareciera sólo cuestión de tiempo.