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Bolivia podría estar ante su última oportunidad para evitar que su sector hidrocarburos muera

Petrobras ha manifestado interés en continuar explorando. El analista Álvaro Ríos dice que si no se hacen reformas urgentes, también se pasará esta oportunidad.

(#RadarEnergético).- “La declinación de los campos existentes no la podemos detener”, dice de entrada el analista Álvaro Ríos. “La única forma de generar nuevas reservas y producción de hidrocarburos es haciendo cambios oportunos en el marco legal, regulatorio y fiscal para ver si se puede atraer nueva inversión privada” que permita encontrar nuevos yacimientos para su posterior desarrollo, acota.

De otra manera el panorama para el sector hidrocarburos de Bolivia se torna muy preocupante. En pocos años seremos también importadores de gas natural. La producción que hasta agosto de 2022 fue de 42 millones de metros cúbicos diarios (MMmc/d) en el primer trimestre de 2023 bajó a 38 MMmc/d.

Ante esa situación, ¿qué se puede hacer?, dice Ríos, quien es director de la Consultora gas Energy Latin America (GELA).

En un enfoque “propositivo” para ayudar para que el gas boliviano siga teniendo alguna gravitación en la región, Ríos dice que “Argentina ya no es más un mercado para el gas boliviano” y que “Brasil todavía es demandante” o – tal vez dicho desde el otro lado- Bolivia aun es interesante para Brasil.

El interés fue manifestado recientemente por el presidente de la semiestatal brasileña Petrobras, Jean Paul Prates, quien declaró esta semana que el gas boliviano es una fuente “muy importante” para el mercado brasileño y que “no es caro”.

Petrobras fue vital en el despegue de la industria del gas boliviano desde mediados de la década de los 90´s, cuyos campos operados por la petrolera, San Alberto y San Antonio, permitieron ingresos de miles de millones de dólares al Estado boliviano y que aún hoy representan del 24% de la producción nacional de gas natural.

En ese marco, Alvaro Ríos dice que las intenciones de ese interés de ‘parcería’ deben necesariamente traducirse en inversiones, las que no llegarán, si no se ajusta el marco legal, fiscal, regulatorio y contractual boliviano.

SIN CAMBIOS NO HABRÁ INVERSIONES

Un nuevo ciclo exploratorio podría tener posibilidades de éxito si se toman decisiones distintas y oportunas a las que se tomaron hasta ahora.

“Para que Bolivia no importe el 100% de diésel, gasolina, GLP y gas natural en los próximos años necesitamos una reforma bien hecha y rápida en la que se pongan todos los aspectos que traban la industria actualmente”, advirtió el analista.

“Un nuevo ciclo exploratorio tendría que venir con incentivos como por ejemplo menores tributos, diferimiento de impuestos, o ambos, de manera que sean contundentes para que algo de inversión privada pueda llegar al país y recuperar producción con nuevos descubrimientos de la mano del sector privado. La única forma de hacerlo es utilizar como palanca al mercado de Brasil donde tenemos el gasoducto hecho y donde todavía hay una demanda interesante que está ahí”, explicó Ríos.

El analista ponderó que el Ministro de Hidrocarburos, Franklin Molina, hubiera puesto el tema de la reforma sectorial nuevamente en el tapete y manifestó que debería hacerse a la brevedad porque seguimos perdiendo tiempo, y el tiempo es oro para el país en materia energética.

ADÍOS ARGENTINA

En 2006, las empresas petroleras estatales de Argentina y Bolivia firmaron un nuevo contrato de compra-venta de gas natural mediante el cual Bolivia debió enviarle un máximo de 27 MMmc/d a partir de 2012.

Los volúmenes máximos nunca se pudieron cumplir y el contrato tuvo ya siete adendas las cuales tienen obligaciones cada vez menores de entrega. Argentina depende cada vez menos de Bolivia y es un hecho que hasta finales del 2024 ya no necesitará el energético.

“Argentina ya no es más un mercado para el gas boliviano, tiene un gas tremendamente competitivo y descubierto, al cual lo veremos llegando a nuestra frontera en 2024 tomando todo el mercado del norte argentino al cual hoy abastece Bolivia y tomando todo el mercado del norte de Chile”, vaticinó.

En ese contexto, ponderó las declaraciones del presidente de Petrobras, las cuales Bolivia debería tomarlas y convertirlas “en más que declaraciones”, aconsejó.

ANALISTA. Álvaro Ríos.

QUÉ CAMBIOS DEBERÍAN HACERSE

Sin importar el nombre de la ley que se emita, esta debería contener aspectos importantes para destrabar la industria petrolera en el upstream, entre los que Ríos enumera algunos: incentivos fiscales, que significaría reducir impuesto y/o diferir el IDH y ver que se hace con los precios del mercado interno altamente subsidiados con un barril de petróleo a 27 dólares y un gas a 1,50 dólares (MMBtu). “La ecuación exploratoria actual no cierra. Al final de cuentas 32% de IDH de producción cero sigue siendo cero y 11% de regalía de producción cero sigue siendo cero”, enfatiza.

Por otro lado, es urgente sacarle el aparataje burocrático a YPFB en el proceso de asignación de áreas y firma de los contratos para asociarse o dejar trabajar a las empresas privadas.

En ese sentido, el analista advierte que si esto no se hace, no solamente seguiremos perdiendo gravitación en el mercado de Brasil donde el mismo gas brasilero que actualmente se reinyecta a sus campos del Presal, podría llegar al mercado de ese país o gas Argentino que mira ansioso esta demanda.

Para que Bolivia no se quede importando todos sus hidrocarburos por los próximos 30 años necesitamos una reforma bien hecha, rápida y eficaz para relanzar el sector hidrocarburos en algunas estructuras que todavía existen y se pueden encontrar y desarrollar, manifestó Ríos, incluyendo campos maduros para levantar rápidamente algo producción de petróleo.