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Antonio Saravia, economista: “El Estado se ha dedicado a ponerle trabas al aparato productivo del país”

El economista dice que “no estamos saliendo adelante, no estamos blindados y no somos envidiables para el mundo”. Analiza las razones por las que considera que la situación económica debería preocuparnos.

(#RadarEnergetico).- “Uno no quiere pronosticar malos tiempos, pero la cosa va mal”, dice respecto a la situación económica de Bolivia, Antonio Saravia, PhD en economía, Director del Centro para el Estudio de la Economía y la Libertad de la Universidad Mercer, Estados Unidos, en entrevista con Radar Energético.

Mi intención es que la gente entienda que la economía viene muy mal y lo que hemos estado haciendo es lo que hacen los chicos cuando se les pide que limpien la casa, “ponen la basura debajo de la alfombra”, compara el economista.

“En la economía se está haciendo lo mismo, que no se note, pero al final del día se está formando un puchichi (inflamación) que cuando reviente nos puede complicar a todos”, ejemplifica.

LOS MOTIVOS

Las razones que esgrime el economista, que reside en Atlanta, Georgia, Estados Unidos, para apuntar que “la economía viene mal desde hace mucho tiempo” se basan en algunos datos macroeconómicos que muestran-según su percepción- que “el delgado hilo que nos sostiene está a punto romperse”, según detalló también en una columna de similar análisis titulada ‘Señales del principio del fin’.

«Lo primero que me preocupa es la situación de las Reservas Internacionales Netas (RIN), cuyo valor ha caído de $us 15.000 millones a $us 4.500 millones entre 2014 y la actualidad y, de esos 4.500, sólo 1.400 millones es dinero en efectivo”, dice.

¿Por qué es una mala señal tener pocos dólares de reservas?, se pregunta el economista. La respuesta es la misma que cuando en el mercado escasea un producto, el precio del producto sube.

En este caso, al subir el precio del dólar, el boliviano se devalúa y aun teniendo un tipo de cambio fijo podría haber una presión “que puede ser muy difícil sostener y el momento que no podamos sostenerlo, saltará nuestra estabilidad macroeconómica. Por eso es preocupante el tema de las reservas”. “Las reservas son como las joyas de la abuela”, desliza.

DEUDAS

Desde 2014, incluso en momentos de bonanza económica debido a los altos ingresos por exportación de gas natural, Bolivia ha tenido déficit fiscal consecutivo y creciente.

Este es el segundo apunte que plantea Saravia como “preocupante” para asegurar que las cosas no son como las pinta el Gobierno.

“Por 9 años el Gobierno ha venido gastando más de lo que recauda”, asegura. “Estos déficit se van acumulando y ese agujero es cubierto por deuda externa y deuda interna que cada una está en alrededor de 14.000 millones de dólares, pero si se cumple el presupuesto del Estado de 2022, el endeudamiento externo va subir a 18.000 millones de dólares”, con lo que las deudas superan la barrera de los 30.000 millones, que significan el 70% del PIB, explica.

“Un país como nosotros que tenga el 70% de su PIB endeudado es una cosa que nos debería preocupar muchísimo, tanto así que el Gobierno no pudo colocar bonos en el mercado internacional porque ven a Bolivia con alto endeudamiento, bajo nivel de reservas internacionales y por lo tanto como un país de mucho riesgo”, analiza.

En ese sentido, Saravia dice que el Estado que es generador de la deuda por su tamaño creciente cada año con más de 500.000 empleados públicos, debería “ajustarse los cinturones”.

Un tercer elemento que el economista y analista de la realidad boliviana, denomina como preocupante es que el Gobierno “no tiene un plan B”.

“Ni en los años de bonanza ni ahora, hemos fomentado la actividad privada, no hemos tratado de generar un tramado productivo sólido, ágil, que genere empleo. El Estado más bien se ha dedicado a ponerle trabas al aparato productivo del país con regulaciones, controles de precios, cupos de exportación, burocracia sin límites, sin inversión extranjera directa”, enumera el economista al decir que esas son las señales de alerta que deben tomarse en cuenta.

“Sin el ánimo de alarmar, es importante que la gente sepa dónde estamos parados”, finaliza.

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VISIÓN. Saravia entrevistado por Radar Energético.