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A 20 años de Camisea, el proyecto que puso a Perú en el mapa mundial del gas y mató las esperanzas bolivianas de exportar GNL

El proyecto Camisea, que hace dos décadas le ganó la mano al proyecto de exportación de gas boliviano Pacific LNG, marcó un hito en la infraestructura energética de Perú y de la región, representando el 96% del gas natural que se consume en el vecino país y más del 40% de la energía eléctrica.

(#RadarEnergetico)_ Agosto de 2004. “Unos no quisieron y otros no pudieron, pero mi gobierno tomó la decisión hace tres años y hoy estamos abriendo el camino del gas para los peruanos”, decía no poco emocionado, el entonces Presidente de Perú, Alejandro Toledo, al abrir una de las válvulas que liberaban el sueño peruano para beneficiar a millones de personas inicialmente en la urbe limeña.

Y es que Camisea, que en su concepción, era el patito feo de los proyectos Gas Natural Licuado (GNL) del Pacífico, a inicios de agosto de 2004 superó las expectativas y dio un paso más hacia ese objetivo, paralelo a la construcción de su planta de licuefacción en Pampa Melchorita.

Sin embargo, antes de adentrarnos en la historia de este proyecto revisemos dos conceptos básicos.

Por un lado, Camisea, es el desarrollo de los yacimientos de gas del área de Camisea, en la región del Cusco, Perú, procesarlo y llevarlo al mercado de Lima, inicialmente.

Es como si habláramos del campo Margarita de Bolivia.

Por otro lado, el proyecto Perú LNG, es el desarrollo de una planta de licuefacción en pampa Melchorita, al sur de Lima, es decir, convertir el gas en líquido y exportarlo en barcos a ultramar.

Peru LNG, es un consorcio integrado por Shell, la estadounidense Hunt Oil Corp, la japonesa Marubeni Corp y la surcoreana SK Group.

Retomemos la historia. Atrasado en su desarrollo y en su apoyo económico, muchas veces vapuleado y denunciado por organizaciones ambientalistas peruanas y extranjeras, supo sortear tempestades sobre la base de la firme decisión peruana de que pese a todo el proyecto iba.

En 2001, Bolivia ya tenía muchos años luz respecto a Camisea y las decisiones gubernamentales pusieron cada vez más en el rezago la posibilidad boliviana y el sueño lógico de un país poseedor de tanta riqueza gasífera, de ser el primer gran proyecto del Cono Sur en abrir sus válvulas con miras a la exportación al norte.

La construcción de Camisea significó 730 kilómetros de ducto para gas natural y otro de 540 kilómetros para líquidos del gas natural, que van desde los campos de Camisea hasta la costa peruana, uniendo Cusco, Ayacucho, Huancavelica, Ica y Lima. (Revista Tecnoil). El ducto de líquidos termina en la planta de fraccionamiento, en Pisco. El gas natural se desvía al norte, paralelo a la costa, hasta el centro de operaciones en Lurín, al sur de Lima.

El gasoducto comienza con 32” en la zona de la selva, 24” en la sierra y 18” en la costa. Los ductos cuentan con una capacidad de transporte inicial de 8 MMm3/día y 50.000 barriles de líquidos diarios.

Mientras en Bolivia se derribaba al presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, Perú aprovechaba para avanzar en su trazado. Un proyecto que, por las decisiones tomadas, contó con el apoyo mayoritario de los peruanos. Según la encuestadora Apoyo S.A., en 2004 cerca del 87% de los peruanos encuestados estaba convencido de que Camisea era el proyecto más importante para el país.

Mientras los peruanos consolidaban su proyecto en todos los ambitos, Bolivia se enfrascó en una disputa política por la posibilidad de exportar ga por Chile mediante su proyecto Pacific LNG, que planeaba llevar el energético del campo Margarita hacia los mercados de ultramar. Finalmente, el entuerto terminó en un referendum que prohibe exportar gas por algún puerto chileno. Una decisión que en nada sirvió a Bolivia entonces y hoy, 20 años despues, mucho menos.

En entonces Ministro de Energía y Minas de Perú, Jaime Quijandría, asignaba un papel fundamental al proyecto en el desarrollo del Perú. “Camisea dejó de ser finalmente un tema de conversaciones de café entre entendidos, como lo fue durante los últimos 18 años”, decía el dignatario del estado peruano al ver la realidad del proyecto hace 20 años.

Camisea está a cargo del consorcio conformado por la empresa argentina Pluspetrol, socio mayoritario, con una participación del 27.2%, seguido de la estadunidense Hunt Oil (25.2%), la coreana SK Innovation (17.6%), la española Repsol (10%), la argelina Sonatrach (10%) y la argentina Tecpetrol (10%).

En términos sencillos, Perú pasó de importador a exportador de hidrocarburos, lo cual cambió el panorama peruano en las últimas dos décadas.

Hoy, Camisea produce el 96% del gas natural de Perú y el 70% del GLP, 40% de la energía eléctrica se genera con gas de Camisea y mediante su proyecto Perú LNG, exporta gas natural licuado a a una decena de países y ha generado 16.000 millones de dólares en regalías e impuestos.

El proyecto permitió la masificación del gas natural en Perú, con más de 2 millones de hogares, industrias y comercios conectadas en 10 regiones del país.

Actualmente, Camisea reinyecta entre el 20% y el 25% del total del gas que se extrae porque la demanda es menor a la producción.

OPINIONES

Álvaro Ríos, Analista en temas de energía

“Ha provisto de energía competitiva a Perú”

Camisea es uno de los proyectos más importantes de Perú en los últimos 20 años. Ha provisto de energía competitiva para reemplazar combustibles líquidos mucho más caros.

También ha servido para darle una energía muy competitiva a los industriales de Lima y millones de domicilios conectados en varias ciudades del Perú y sin duda que las exportaciones de gas que se han desarrollado paralelamente, a que Perú haya crecido con inversión privada en este sector desde hace dos décadas.

La deuda que tienen los peruanos es construir un par de gasoductos más hacia el sur y hacia el norte para cerrar una red de gasoductos de manera que no solo el área de Lima sea beneficiada, sino todo el país.

Germán Álvarez, Country Manager en Pluspetrol Perú

“Se debe desarrollar un proyecto de petroquímica”

El mayor desafío aquí es seguir generando esa demanda necesaria y que tiene que ser impulsada por una política de masificación promovida por el Estado. Se debe desarrollar un proyecto de petroquímica y generar valor agregado sobre el gas, impactando positivamente en todo lo que sería la agroindustria en el Perú.

El Consorcio Camisea tiene las capacidades técnicas y financieras para seguir impulsando y potenciando ese desarrollo.

Tomás Delgado Farizo, gerente general de Transportadora de Gas del Perú (TGP)

“Tenemos que lograr masificarlo”

Nosotros, como sector de gas natural, somos el combustible de la transición. Le vamos a dar la confiabilidad al sistema para aprovechar la eficiencia en la energía. En eso la regulación es súper importante, porque tiene que considerar que el país debe conseguir al final del día, al final de la cuenta, que sea lo más eficiente.

Tenemos que adaptar la actual regulación a la realidad y a las ventajas competitivas que tiene el Perú. Gas natural existe, pero tenemos que lograr masificarlo y lograr que sea el combustible que nos permita llevarnos hacia una transición energética más eficiente y mejor para todo el Perú.

Martín Mejía, director general de Cálidda

“Necesitamos que se siga explorando”

En Camisea seguramente hay más gas natural del que se piensa, pero necesitamos que se siga explorando, que vengan más inversionistas y eso es una tarea de todos para contribuir al desarrollo de esta industria.

María Julia Aybar, presidenta del Comité Sectorial de Hidrocarburos de la SNMPE

“Hay muchísimos retos”

Hay muchísimos retos todavía. Hay que seguir trabajando en exploración e invertir para reponer esas reservas. Además, se tiene que invertir en infraestructura para el transporte y conexiones para la población.

Así, hay mucho más por hacer y continuar con este proyecto. Y también replicarlo. Necesitamos tener muchos más ‘Camiseas’. Tenemos recursos y para eso es importantísimo las señales para poder atraer la inversión privada que, como se acaba de mostrar, ha generado un gran crecimiento en nuestro país.

HISTORIA DE CAMISEA

Los yacimientos San Martín y Cashiriari, conjuntamente conocidos como Bloque 88, Camisea, albergan una de las más importantes reservas de gas natural no asociado en América Latina. El volumen de gas probado es de 8.7 trillones de pies cúbicos (TPC) con un estimado de recuperación final de 6.8 TPC de gas natural (factor de recuperación: 78 %) y 411 millones de barriles de líquidos de gas natural asociados (propano, butano y condensados).El potencial del Bloque 88 está estimado en 11 TPC de gas natural.  Las reservas de Camisea son diez veces más grandes que cualquier otra reserva de gas natural en el Perú.

El Proyecto Camisea consiste en la explotación de estas reservas, la construcción y operación de dos ductos, un gasoducto para gas natural y un poliducto para líquidos de gas natural y la red de distribución para gas natural en Lima y Callao.

Fue entre 1983 y 1987 que se produjo el descubrimiento de los yacimientos. En 1988, Petroperú suscribió con una compañía privada un Acuerdo de Bases para la explotación de Camisea. No obstante, la negociación del Contrato concluyó sin que las partes llegaran a un acuerdo.

En 1994, se suscribió el Convenio para la Evaluación y Desarrollo de los yacimientos de Camisea entre Petroperú y la misma compañía privada. Después de la presentación del Estudio de Factibilidad (mayo de 1995), se suscribió un Contrato para la Explotación de los Yacimientos de Camisea (mayo de 1996). En 1998, el consorcio anunció su decisión de no continuar con el segundo periodo del contrato.

De esta manera, en mayo de 1999, el Comité Especial del Proyecto Camisea (CECAM) convocó a un concurso público internacional para adjudicar el Contrato de licencia para la explotación de los hidrocarburos de Camisea, así como las concesiones para el transporte de líquidos y gas natural a la costa y de gas natural en Lima y Callao. Once compañías fueron precalificadas en el concurso para la explotación, y doce para el transporte y distribución.

Febrero de 2000, mediante una licitación pública internacional, el Gobierno peruano adjudicó la licencia para la explotación de los hidrocarburos de Camisea al consorcio liderado por Pluspetrol Perú Corporation S.A. , con la participación de Hunt Oil Company of Perú L.L.C., SK Corporation y Tecpetrol del Perú S.A.C. (100% propiedad del Grupo Techint).

A principios de mayo de 2002, TGP S.A. seleccionó a Tractebel como operador de la Compañía de Distribución de Gas. Gas Natural de Lima y Callao (GNLC) es una compañía propiedad de Tractebel, creada para desarrollar el servicio de distribución de gas natural en Lima y Callao. Asimismo, Tractebel se convirtió en socio de TGP S.A. para el proyecto del transporte.

(Con información extractada del proyecto Camisea)

Algunas opiniones fueron extractadas de desdeadentro.pe