¿Cuáles son los puntos salientes del programa electoral del flamante mandatario en el capítulo energético?
El regreso al poder de Donald Trump tendrá un impacto decisivo en el futuro de la industria energética estadounidense. Prometió aumentar la oferta de petróleo y gas y reducir el costo de la energía doméstica en el corto plazo.
“Desde el primer día, aprobaré nuevas perforaciones, nuevos oleoductos, nuevas refinerías, nuevas plantas de energía, nuevos reactores y reduciré la burocracia”, dijo en uno de sus actos de campaña en Michigan, en agosto.
Ahora bien, ¿cuáles son los puntos salientes del programa electoral del flamante mandatario en el capítulo energético?
Donald Trump propone incrementar la producción doméstica de energía y poner fin a las “distorsiones” en los mercados del petróleo, el gas natural y el carbón. La “independencia energética” aparece en el tope de las prioridades del Partido Republicano.
Su arrolladora victoria en Texas, epicentro de la industria petrolera, y su triunfo más ajustado en Pensilvania, uno de los estados que dio impulso al boom del shale gas, demostraron el respaldo de la agenda del nuevo mandatario. De hecho, la industria petrolera fue una de las mayores donantes de la campaña republicana.
Estados Unidos ha sido protagonista, en la última década, de una verdadera revolución, a partir de la explotación de sus recursos no convencionales de gas y petróleo. Hoy es el mayor productor mundial de gas natural licuado (GNL) y uno de los protagonistas del boom del shale oil a partir de la explotación de la formación Permian, en los estados de Texas y Nuevo México.
Mientras tanto, en el capítulo de los autos eléctricos, el impacto del triunfo de Trump sería una fuerte penalización de la importación de vehículos desde el exterior, principalmente desde China. Quien se vería favorecido de esta política proteccionistas es su amigo y aliado Elon Musk, dueño de Tesla. No es casual que las acciones de su empresa hayan subido al día siguiente de la elección, en vista de estas posibles medidas del futuro mandatario.
Por otro lado, no es un secreto que Trump cuestiona abiertamente la agenda vinculada a la transición energética y las medidas de reducción de las emisiones contaminantes. Cabe recordar que, en 2020, durante su primer mandato, el republicano retiró a EE.UU. de sus compromisos con el Acuerdo de París, que había entrado formalmente en vigor en 2016.
El futuro de la agenda de la transición energética en el país dependerá de cuán radicalizado regrese Trump al poder.