“La escalada del conflicto en Oriente Medio y la guerra en curso de Rusia en Ucrania ponen de relieve los continuos riesgos a los que se enfrenta el mundo en materia de seguridad energética”, comienza describiendo informe World Energy Outlook (WEO) de la Agencia Internacional de Energía 2024.
Algunos de los efectos inmediatos de la crisis energética mundial habían empezado a disminuir en 2023, pero el riesgo de nuevas perturbaciones es ahora muy alto. La experiencia de los últimos años muestra con qué rapidez las dependencias pueden convertirse en vulnerabilidades, una lección que se aplica también a las cadenas de suministro de energía limpia que tienen altos niveles de concentración del mercado.
Los mercados de combustibles tradicionales y de tecnologías limpias se están fragmentando: desde 2020, se han introducido en todo el mundo casi 200 medidas comerciales que afectan a las tecnologías de energía limpia (la mayoría de ellas restrictivas), en comparación con 40 en el quinquenio anterior.
El informe World Energy Outlook de la AIE, que se publica todos los años, es una de las fuentes más fiables de análisis y proyecciones energéticas a nivel mundial. Identifica y explora las tendencias más importantes en materia de demanda y oferta de energía, así como sus implicaciones para la seguridad energética, las emisiones y el desarrollo económico.
RELEVANTES
El informe de este año se presenta en un contexto de crecientes riesgos en Oriente Medio y mayores tensiones geopolíticas a nivel mundial, y explora una serie de cuestiones de seguridad energética que enfrentan los responsables de la toma de decisiones a medida que avanzan en las transiciones hacia energías limpias.
Con la creciente inversión en tecnologías limpias y el rápido crecimiento de la demanda de electricidad, el informe WEO 2024 examina cuánto ha avanzado el mundo en su camino hacia un sistema energético más seguro y sostenible, y qué más se necesita hacer para alcanzar sus objetivos climáticos.
Como reflejo de las incertidumbres actuales, “nuestros tres escenarios principales se complementan con casos de sensibilidad para las energías renovables, la movilidad eléctrica, el gas natural licuado y cómo las olas de calor, las políticas de eficiencia y el auge de la inteligencia artificial podrían afectar las perspectivas de la electricidad”, dice.
La seguridad energética y la acción climática están inextricablemente vinculadas: los fenómenos meteorológicos extremos, intensificados por décadas de altas emisiones, ya plantean profundos riesgos para la seguridad energética, dice la AIE.
El informe completo lo puede descargar aquí.