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YPFB y el gobierno boliviano comienzan a sentir la presión de perder el mercado argentino de gas

El gobierno boliviano estaría en una apurada gestión para que Argentina no revierta el sentido del ducto que actualmente lleva del gas boliviano al norte argentino. Ya en agosto de 2021, Álvaro Ríos alertó de la situación.

(#RadarEnergetico).- Si bien la inauguración de un tramo del ducto de Vaca Muerta a Buenos Aires, realizado este domingo por el gobierno argentino tuvo mucho de show y poco de efectivo, el hecho de que Argentina deje de comprar gas boliviano parece ser cuestión de tiempo.

La declinación de la producción boliviana se ha alineado con el crecimiento de la producción de gas no convencional de los yacimientos de Vaca Muerta, en el sur argentino.

Ese gas podría llegar en los próximos meses a los diferentes centros de abastecimiento y en 2024 al norte argentino al que Bolivia abastece de gas para la generación de energía para la industria.

Sin embargo, no solo ese factor es preocupante, y según medios argentinos ´alarmante´ para el gobierno boliviano, lo es sobre todo que Argentina se vuelva competidor de Bolivia y venda gas a Brasil, además utilizando los ductos bolivianos para llegar a ese mercado. Bolivia cobraría una tarifa por el paso del gas argentino que podría llegar a los 150 millones anuales. Muchos menos recursos que los que da la exportación, pero si no se lo hace, el dato sería negativo porque hay que mantener los ductos vacíos.

Otra posibilidad, si sigue la tendencia declinante de los campos bolivianos, es que al final de la década Bolivia tenga que comprar gas argentino para su propio mercado. Si no se hace nada ahora esto va suceder, advirtieron la semana pasada analistas bolivianos.

Esta reconfiguración de perdida de mercados para Bolivia y ascenso del otrora visto como el ´otro Brasil´ por el volumen de gas que prometía comprar, podría terminar quitándole alrededor del 40% de la torta que actualmente significa exportar gas. Eso es lo que representa en ventas el mercado argentino.

Esta situación ha quedado evidente mucho más con la decisión informada por el ministro de economía argentino, Sergio Massa, de impulsar la reversión del gasoducto Juana Azurduy que actualmente lleva gas de Bolivia al norte argentino para que el flujo vaya en sentido contrario, pase por Bolivia y llegue al mercado brasileño.

«Ya no vamos a importar el gas de Bolivia. El norte argentino va a estar alcanzado por el gas de Vaca Muerta porque en 15 días licitamos el gasoducto ‘reversal’ del norte para poder empezar a pensar no solo en que el norte argentino reciba el gas de Vaca Muerta sino que además desde ahí podamos exportar a Chile y desde Bolivia podamos exportar a Brasil», dijo el ministro en el acto político de inauguración simbólica de un tramo del ducto de Vaca Muerta.

Si bien el apuro del anuncio hay que entenderlo en clave de campaña electoral, no es menos cierto que esta posibilidad se ha analizado y sugerido en reiteradas ocasiones por el analista y exministro boliviano Álvaro Ríos, quien argumenta que de otra manera los ductos bolivianos quedarán vacíos y sin generar recursos.

Ya en agosto de 2021, Ríos le dijo a Radar Energético que la declinación de la producción boliviana deja disponibilidad de transporte en los gasoductos, tanto desde el sur hasta Río Grande mediante los gasoductos Gasyrg y Yabog, así como de Río Grande a la frontera con Brasil mediante el GasBol y el GOB.

“La lógica económica y ambiental dicta que se debe llevar el gas por donde hay infraestructura construida”, afirmó.

Según la consultora GELA, dirigida por Ríos, Bolivia cobraría una tarifa de transporte de entre 0.70 a 0,80 dólares por cada millón de BTU, lo que supondría ingresos promedio de $us 150 millones anuales en la próxima década.

APUROS

Las presiones han comenzado a sentirlas el Gobierno boliviano y la estatal YPFB, cuyo presidente Armin Dorgaten, se reunió este miércoles en Buenos Aires con la secretaria de Energía, Flavia Royón, quien dejó explícitamente el motivo de la reunión.

«Recibí al presidente de YPFB, para dialogar sobre el abastecimiento de gas de Bolivia a Argentina. También tuvimos un intercambio sobre la posibilidad de exportar gas a Brasil utilizando la infraestructura de transporte existente en Bolivia», afirmó la secretaria luego del encuentro.

CLAVES

El tema de fondo que Bolivia no tiene posibilidad de ofrecer más gas que en términos de precios siempre fue competitivo.

Ante los números ajustados, a Argentina le saltan los ojos al ver la posibilidad de llegar al mercado brasileño, siempre ávido de energía, buen pagador y a buen precio. Bolivia lo sabe, ya lleva más de 20 años exportándole y nunca se registraron retrasos en los pagos.

Brasil pagó a Bolivia más de $us 30.000 millones en 20 años por la venta del energético, en un proyecto consolidado en la década de los 90´s.

Entre tanto, desde 2024 Bolivia dejaría de exportar a Argentina y si bien Brasil podría comprar parte de ese gas, nuevamente quedaría atada a un solo mercado, hecho que precisamente se quiso evitar en años anteriores teniendo otro comprador del energético boliviano.

Conseguir un mercado a veces toma décadas, perderlo parece ser un ejercicio más sencillo.