Así se prepara una empresa norteamericana para extraer inmensas cantidades de material del suelo oceánico.
En octubre del año pasado, una nueva enorme criatura apareció en el fondo marino del Océano Pacífico, a unos 2.200 kilómetros al suroeste de San Diego, Californa, Estados Unidos. Era una máquina de 90 toneladas a control remoto del tamaño de una casa pequeña, bajada desde un buque industrial mediante un cable de casi 5 kilómetros de largo. Una vez que se instaló en el fondo del océano, el artilugio negro, blanco y amarillo comenzó a avanzar, con sus luces atravesando la oscuridad y sus potentes dientes de acero ‘mordiendo’ el suelo. Una batería de chorros de agua montados en la parte delantera se dispararon hacia el lecho marino, levantando nubes de lodo y extrayendo cientos de rocas negras del tamaño de un puño que yacían medio enterradas en el sedimento desde hacía miles de años.
La empresa Metals Company ha comenzado a explorar la minería en aguas profundas, ya que en el lecho marino existen miles de toneladas de metales esenciales para la fabricación de automóviles eléctricos. Esto ha generado expectación y polémica por partes iguales.
Para producir suficientes vehículos eléctricos y reemplazar los que funcionan con combustibles fósiles para cumplir con los objetivos climáticos, se necesitarán enormes cantidades de cobalto, litio, cobre y otros metales con los que fabricar principalmente baterías y motores eléctricos.
Es por ello que estos elementos han desatado una versión moderna de la fiebre del oro de hace dos siglos: fabricantes de automóviles y gobiernos están explorando todo el mundo en busca de nuevos yacimientos o ampliando los existentes, tal y como publica el portal Wired.
Los ojos de grandes compañías de minería se han fijado en una fuente de recursos todavía sin explotar: el fondo del océano. Y es que, según el Servicio Geológico de Estados Unidos, hay una región del Pacífico que contiene unos 21.000 millones de toneladas de nódulos polimetálicos. Estos contienen más metales de los que se pueden encontrar en todos los depósitos de tierra seca del mundo juntos.
DEVORAR EL FONDO MARINO
La empresa minera Metals Company se ha convertido en la primera en poner en marcha un sistema de recolección de nódulos polimetálicos depositados en el lecho marino desde 1970.
Y lo ha hecho a través de un antiguo barco petrolero, el Hidden Green. Esta nave de 244 metros de largo ha sido adaptada para la minería marina y su bodega sirve de centro de operaciones de un proyecto que basa su éxito en una enorme mole de 90 toneladas. Es una máquina que, instalada en el fondo del océano, arrasa el lecho marino, extrae los nódulos y los impulsa hacia la superficie, donde van a parar a las bodegas del Hidden Green.
Los nódulos polimetálicos del fondo del océano son el resultado de millones de años de acumulación lenta de níquel, cobre, cobalto y manganeso transportados por el agua sobre fragmentos de otros materiales.
Billones de estos nódulos yacen en el sedimento que cubre el fondo del océano en total oscuridad y silencio. En la década de 1970, la minería de los fondos marinos se puso de moda y los gobiernos y las empresas privadas se apresuraron a desarrollar barcos y plataformas para extraer los nódulos. Sin embargo, los altos costes hicieron que la industria se desinflara.
En la actualidad, la tecnología marina avanzada hace que la minería marina parezca una posibilidad realista nuevamente. Esto llega en un momento en que las economías en auge, como la de China, tienen una gran demanda de metales. A pesar de esto, la minería de nódulos sigue siendo polémica debido a la posible alteración de los ecosistemas del fondo del océano.
Con datos de informacion.es