Qué va pasar con las otras compañías que estaban en competencia, es una de las preguntas.
(#RadarEnergetico).- El gobierno boliviano firmó el viernes un convenio con la gigante china Contemporary Amperex Technology (CATL), la mayor fabricante y recicladora de baterías de litio, para la construcción de dos complejos industriales para la producción de carbonato de litio mediante la tecnología aun no muy expandida de Extracción Directa de Litio (EDL).
El gobierno de Luis Arce busca con ello reactivar la estratégica industria del litio tras 14 años de escasos avances que han rezagado a Bolivia frente a sus vecinos Chile y Argentina y que han tenido como resultado una exigua producción que no superó los 40 millones de dólares en 2022, por la venta de carbonato de litio de grado industrial, pero no de grado batería.
En ese marco, han surgido críticas a la escasa transparencia en el proceso licitatorio, a los términos que ello implica y a las directrices planteadas en el discurso gubernamental.
“Esto es muy grave porque no se informa sobre las condiciones ni cómo harán para no violar la norma”, advirtió el investigador en medioambiente del Centro de Documentación e Información Bolivia (Cedib), Gonzalo Mondaca, citado por el diario Los Tiempos.
Dos fuentes del sector minero consultadas por Radar Energético, coincidieron en que “la falta de transparencia en el proceso, la información limitada del convenio, los discursos estridentes y la necesidad de mostrar gestión a un día de un mensaje presidencial, parecieran demostrar improvisación y un manto gris sobre el tema”.
Por su parte, el experto en la economía del litio y asesor del Comité Cívico Potosinista (Comcipo) Juan Carlos Zuleta, criticó la escasa experiencia de la empresa china en la aplicación de la tecnología experimental EDL, mediante la cual se buscan explotar más rápido el litio.
“Se nota apuro por avanzar en un proceso demorado y mal enfocado durante 14 años. El actual gobierno quiere enmendar con la violación de la ley”, declaró, refiriéndose al artículo único de la Ley de 928, que establece que el 100 por ciento de la producción y comercialización de litio debe estar en manos de YLB. ¿Mediante qué marco legal el consorcio chino explotará el litio desde la primera etapa?, pareciera una pregunta sin respuestas.
En ese sentido, parecieran haber más preguntas que respuestas respecto al marco normativo, a las condiciones contractuales, a la modalidad de financiamiento, a las locaciones específicas, al cronograma, a los aspectos ambientales, sociales y comerciales del proyecto y al por qué las otras empresas quedaron fuera de competencia.
Uno de los consultados se preguntó qué va pasar con esas otras compañías que estaban en competencia, si se licitará también el desarrollo del salar de Pastos Grandes, que no está incluido en este convenio, pero para el cual las empresas competidoras presentaron planes de desarrollo.
En ese marco de dudas el Gobierno busca avanzar en un camino ya tortuoso y con escasos resultados en la última década en la llamada estrategia boliviana de industrialización del litio.
La duda mayor surge respecto a la tecnología a ser usada para extraer el litio, distinta a los procesos habituales de evaporación en grandes piscinas como lo es en la actualidad.
La tecnología Extracción Directa de Litio (EDL) es aún experimental y no existe una gran producción industrial en el mundo aunque ha tenido avances importantes en los últimos años.
Si esta funciona la apuesta de Bolivia podría dar resultados, pero con escasa información, con niveles de transparencia no deseados y con otras empresas competidoras con mayor experiencia en el proceso, dejadas de lado, el comienzo no parece ser el mejor.
Entre tanto, el presidente de Bolivia, Luis Arce, sonríe y se da la mano con los enviados de Pekín.
“Nosotros estamos muy contentos de que ya estemos arrancando con nuestros hermanos de la República Popular China este primer contrato tanto en Coipasa como en Uyuni para poder industrializar nuestro recurso natural, aplicando una tecnología verdaderamente innovadora”, dijo.
