La Cámara aglutina a empresas privadas del sector hidrocarburos. El nuevo directorio conducirá los destinos de la institución hasta 2024.
La Cámara Boliviana de Hidrocarburos y Energía (CBHE) renovó su directorio, el cual definió como objetivo impulsar el trabajo conjunto entre los sectores público y privado, para viabilizar nuevos proyectos que, en el mediano y largo plazo, permitan aumentar la producción de hidrocarburos del país. Esto, con la convicción de que Bolivia tiene condiciones geológicas, aunque se requieren adecuaciones y un marco normativo que garantice la competitividad y permita atraer inversiones.
El nuevo directorio, cuya gestión se extenderá hasta 2024, está integrado por Pedro Ribeiro (Total E&P Bolivie) como presidente; Mariano Ferrari (Repsol E&P Bolivia S.A.), vicepresidente; Diego Merchan (Confipetrol), tesorero; y David Caballero (SLB), como secretario general, los que representan a los diferentes grupos que conforman la CBHE, que aglutina a más de medio centenar de empresas.
El directorio asume en un momento de grandes desafíos para el sector y considera que cada una de las empresas asociadas a la institución, junto con mantener la eficiencia y la sostenibilidad de sus actividades, debe buscar nuevas oportunidades y condiciones para proyectarse en el mediano y largo plazo.
Por ello, centrarán sus esfuerzos en acciones que contribuyan a viabilizar nuevos proyectos en el país, los que puedan contribuir a enfrentar la declinación natural de la producción y a mantener a Bolivia como un actor importante dentro del mercado regional del gas. No obstante, esto demanda cambios y una adecuación a las condiciones que hoy imperan en la industria de la energía a nivel mundial y que ha generado una mayor competencia para atraer los recursos financieros y técnicos.
Los nuevos ejecutivos ratifican su compromiso de continuar trabajando en los proyectos que ya están en ejecución y buscar nuevas oportunidades de negocio en el país, en conjunto con las diferentes instancias de Gobierno. Consideran que esto es necesario para garantizar la producción de hidrocarburos y el cumplimiento de los compromisos que Bolivia ha asumido, pero también para aumentar la oferta y proyectar al sector en el largo plazo.
Los próximos años serán decisivos para la industria a nivel regional en lo que se refiere a la inversión en Upstream, lo que ratifica la importancia que tendrá el gas en las próximas décadas como el combustible esencial en el proceso de transición energética.