SABER ENERGÉTICO
Utilizadas para almacenar energía y proporcionar energía a una amplia gama de dispositivos electrónicos, las baterías son omnipresentes en nuestra vida cotidiana, pero ¿de qué están hechas exactamente?
Cada batería tiene tres componentes, un ánodo, un cátodo y un electrolito. La energía se almacena en los electrodos (ánodo y cátodo) que se encuentran en ambos extremos de la batería, y el electrolito actúa como un medio químico entre ellos.
Los cátodos suelen ser de naturaleza metálica debido a su estructura química y propiedades conductoras, mientras que los electrolitos pueden estar en estado húmedo o seco. La naturaleza del electrolito está determinada por el uso previsto de la batería: las baterías de celda húmeda tienden a usarse a gran escala en automóviles, torres de telefonía celular y aviones, mientras que las baterías de celda seca generalmente se encuentran en dispositivos electrónicos portátiles.
Cuando se utiliza una batería, se desencadena una reacción química desde el ánodo (‘-‘) y fluye a través del electrolito hacia el cátodo (‘+’), donde sufre otra reacción química antes de encender un dispositivo. Una vez que se consume el material en cualquiera de los electrodos, la batería está vacía.
Las baterías pueden ser de un solo uso o recargables según su composición química, pero esta última ha ganado más fuerza a medida que el mundo avanza hacia la energía renovable y el desarrollo sostenible.
FUENTE: EnergyX