El proyecto de exploración petrolera Astillero, en Tarija, divide las posiciones debido a estar próximo a la reserva natural de Tariquía, la cual podría ser afectada. Sin embargo, la actividad petrolera solo tendría intervención en 11 hectáreas de 246.000, mucho menos del 1% del territorio. YPFB junto a YPFB Chaco dicen haber desplegado un plan «para prevenir y evitar la contaminación del suelo, el agua, el aire y preservar en su integridad la ecología».
(#RadarEnergetico).- Marzo de 2022. Una movilización de habitantes de Padcaya, Tarija, se manifiesta a favor de la exploración petrolera argumentando que esta no está dentro de una reserva natural. Este apoyo se repitió en mayo por comuneros de Astillero y otros del distrito 11, que conforman las comunidades San Antonio, Trementinal, Cajón, Santa Clara, Valle Dorado, San Telmo, El Tigre, Playa Ancha, San Ramón y Urucurenda.
22 de junio de 2022. Una marcha conformada por el Comité Cívico y ambientalistas de Tarija, entre otros, recorre el centro de la capital chapaca arengando argumentos en contra de la explotación petrolera. Luego de la marcha, el llamado Comité Nacional de Defensa de Tariquía presentó una Acción Popular, ante la Sala constitucional de la ciudad de Tarija para lograr la abrogación de leyes que sustentan los contratos de exploración petrolera en la reserva de Tarija. Este recurso legal fue rechazado este viernes.
Esta situación de protestas y apoyo se ha repetido en diferentes ocasiones a lo largo de los últimos años. Está claro que hay voces a favor y en contra. Mientras unos apoyan la producción de gas, otros dicen «ni oro, ni gas, Tariquía no es del MAS», defienden su espacio natural y arguyen que la explotación petrolera «no ha traído progreso a Tarija», alentando la politización y polarización de la opinión pública.
En ese marco, la exploración en la zona próxima a la Reserva Nacional de Flora y Fauna de Tariquía, en Tarija, ha causado protestas y apoyos que no se han zanjado a lo largo del tiempo, a medida que el proyecto intenta avanzar dada la información geológica de fuentes oficiales que vislumbra un potencial de entre 1,2 y 2 trillones de pies cúbicos (TCF) de gas. (Equivalente aproximado a la producción total de dos años). Nada despreciable en un contexto en el que el país necesita incrementar su inventario de reservas de gas natural.
Aunque esto tomará tiempo. El desarrollo de un proyecto gasífero importante, desde su concepción hasta que ingrese en producción, puede demorar entre 5 a 12 años. Por ejemplo, el proyecto de Incahuasi fue descubierto en 2004 y comenzó a producir en 2016.
La Ley 1014 de 26 de diciembre de 2017, autorizó a YPFB subscribir el Contrato de Servicios Petroleros para la Exploración y Explotación de Áreas Reservadas a favor de YPFB correspondiente al Área Astillero con las empresas YPFB Chaco S.A. y Petrobras Bolivia S.A. A tal efecto el 15 de enero de 2018 se suscribió el mismo.
El proyecto de exploración Astillero es operado por YPFB Chaco S.A. (60%) y tiene como socia del 40% a Petrobras Bolivia S.A. , con el que se busca expandir la frontera exploratoria en los límites con la República Argentina. Inicialmente se trata de perforar el pozo Astillero (AST-X1) con el objetivo de llegar a una profundidad de 6.200 metros con una inversión de 60 millones de dólares para confirmar o descartar la presencia de hidrocarburos en cantidades comerciales.
POR QUÉ LA CONTROVERSIA
Quienes defienden el proyecto argumentan que esto permitirá generar recursos, que a su vez, mejorará las condiciones de vida de los habitantes de las comunidades, generará más ingresos para Tarija y sobre todo aportará más producción de gas natural.
Por otro lado, están quienes argumentan lo contrario. Nelly Coca, pobladora y activista originaria de Chiquiacá, una población dentro de Tariquía dijo a Radar Energético que se oponen a la actividad petrolera porque esta «no trajo progreso a los pueblos de Tarija».
«Vivimos de nuestra tierra y de nuestra agua, no recibimos ayuda del gobierno, por eso le pedimos que no nos la destruyan», afirmó.
Consultada acerca de si aceptarían la actividad petrolera si estuviese totalmente fuera de la reserva natural, replicó que «la contaminación no conoce fronteras» y que quienes apoyan la actividad petrolera «son algunas autoridades que se dejan influenciar», pero que las bases defienden el territorio .
«Si usted conociera Tariquía también la defendería», afirma.
La controversia sobre Astillero y, otros proyectos en la zona, surge debido a que estarían dentro de la Reserva Nacional de Flora y Fauna de Tariquía creada en 1989 y resguardada por ley en 1992, la cual es una importante fuente de recursos hídricos para la zona, una de las más biodiversas del sur de Bolivia. Este paraíso natural, dicen, será afectado mermando la capacidad de generar agua y por ende afectando a la flora y fauna del entorno.
La presión social de varios sectores hizo que en mayo de 2018 el ministro de Hidrocarburos de entonces, Alberto Sánchez, anuncie la suspensión de la exploración en las áreas de Astillero (y San Telmo Norte), esta última ampliamente sobrepuesta a la reserva.
Sin embargo, mientras San Telmo Norte (Petrobras) permanece en ‘fuerza mayor’, las obras civiles del proyecto Astillero se han retomado y se espera que el proyecto avance tomando todas las medidas necesarias aplicables en la industria petrolera, como ocurre en cientos de pozos que producen hace décadas en el sur y centro del país, y donde el impacto ambiental ha sido mínimo.
En ese marco, YPFB dice que implementará un plan de mitigación ambiental para cuidar el agua, el suelo, la flora y fauna del entorno.
«YPFB aplicará antes, durante y después de las tareas de exploración en el pozo Astillero (AST-X1), un Plan de Prevención y Mitigación Ambiental para prevenir y evitar la contaminación del suelo, el agua, el aire y preservar en su integridad la ecología en el área de influencia de la Reserva», dijo YPFB a Radar Energético, consultada al respecto.
Otro de los argumentos del proyecto es que abarca una mínima parte de la Reserva Nacional, hecho que se confirma en los mapas oficiales.
“El Plan de Manejo del 2015 estableció que no está en el núcleo (de la reserva). El proyecto como tal representa el 0,004% de la reserva, no llega ni al 1%. El área tiene una superficie de 246.000 hectáreas, el proyecto abarcará 11 hectáreas, de las cuales 7 hectárea ya fueron intervenidas”, afirmó la coordinadora ambiental de YPFB Chaco, Soledad Melendres, citada por la casa matriz.
“YPFB Chaco gestionó el 2018 la licencia ambiental para el proyecto y posteriormente hemos actualizado en diciembre del año pasado, hemos obtenido un permiso de desmonte de la Autoridad de Bosques y Tierra (ABT). Con eso nosotros estaríamos con todos los permisos ambientales necesarios para iniciar la actividad”, detalló.
CÓMO SE MITIGARÁ EL DAÑO AL ENTORNO
YPFB dice que las medidas de mitigación ambiental que se ejecutará en la región, tienen por finalidad evitar y disminuir los efectos adversos del proyecto. En esa línea, se utilizará «silenciadores en los vehículos y equipos, se prohibirá el carguío y descarguío trasvase de sustancias a menos de 100 metros de distancia de cuerpos de agua».
Adicionalmente, se impermeabilizará el área de tratamiento de aguas residuales domésticas, no se realizará vertimiento de afluentes tratados a los cuerpos de agua, se realizará un adecuado transporte y manejo de sustancias peligrosas en vehículos adecuados y equipados con kit antiderrame.
Respecto al cuidado de vertebrados e invertebrados se realizará el rescate y reubicación con trampas, redes y/o de forma directa de la fauna identificados en el área de influencia del proyecto, para luego evaluar la supervivencia de las especies reubicadas.
Otra medida de mitigación ambiental consiste en rescatar la flora amenazada, se procederá a su extracción y reubicación y posterior seguimiento para constatar su sobrevivencia. Se establecerán viveros con las especies de la zona.
YPFB dice que Astillero-X1 y su desarrollo «no es solo un proyecto petrolero, es la esperanza de una región que anhela trabajo y mejores días para su gente».
«Sólo nos quieren de vaca lechera», dice Nelly Coca.
En medio de estas posiciones, el proyecto busca salir a flote en un contexto de necesidad de incrementar inversiones y reservas de hidrocarburos que permitan la sostenibilidad de la industria en el mediano y largo plazo.
Las 11 o más hectáreas de la controversia y la discusión sobre preservar el agua y el bosque o explotar el gas seguirán atizando la polémica. Un contexto muy habitual en los proyectos petroleros.
Tal vez la discusión de fondo sea motivada por la desconfianza acerca de qué se hizo el dinero del gas en un departamento que recibió alrededor de 5.000 millones de dólares por regalías e impuestos petroleros entre 2005 y 2021, pero que esto no se ha reflejado en el bienestar de sus habitantes.
Video de YPFB
