Economista recomienda reformas económicas urgentes para hacer frente a una situación que es “cada vez más insostenible”.
(#RadarEnergetico).- El endeudamiento del país está bordeando el 70% de PIB (todo lo que produce el país en un año) y el sector público, la burocracia administrativa se lleva el 84% de todo lo que se produce.
Esta situación, con un Estado con 500.000 empleados públicos y burocracia creciente, ha configurado un “gobierno elefantiásico”, que se devora los presupuestos.
“El gasto corriente es terrible, en sueldos y salarios gastamos 18 millones de dólares cada día”, dice Antonio Saravia, analista en temas de economía, Director del Centro para el Estudio de la Economía y la Libertad de la Universidad Mercer, Estados Unidos, en entrevista con Radar Energético.
A la par de ello, el Estado ahora cuenta con un alto nivel de endeudamiento tanto de acreedores internos como externos, lo que sumado a un bajo nivel de reservas internacionales netas (RIN), configuran una bomba de tiempo para la economía boliviana.
QUÉ HACER
La receta pareciera simple desde el punto de vista técnico, sin embargo, conlleva tomar decisiones políticas en cuyo ámbito la situación se torna compleja porque la aplicación de medidas trae consigo sincerar la realidad y los números, lo cual puede ser muy doloroso.
“Tenemos que achicar el tamaño del sector público para ahorrar dinero”, con lo que también “mejorará la eficiencia”, dice el economista.
Por otro lado, plantea una revisión de las empresas públicas las que, dependiendo el caso, deberían “eliminarse” y las que se pueda “privatizarlas”.
“Tenemos 76 empresas públicas. Todas, todas, repito todas (sic) son ineficientes y la mayoría son deficitarias”, dice Saravia al apuntar que en 2020 se hizo un estudio “muy serio de las empresas públicas y se llegó a la conclusión de que el 85% de ellas eran deficitarias”.
“Se tendría que eliminar estas empresas públicas, las que pueda venderlas privatícelas” sugiere Saravia al Gobierno de Luis Arce, argumentando que es “la única forma de eliminar el gasto y que las empresas públicas son una cañería que se lleva nuestra plata todos los días”.
URGENTE
“Ajustarse los cinturones, reorganización de las empresas públicas y después crear un plan B”, lo que significa “generar tramado productivo privado, fomentar la empresa privada. Y no me refiero a los grandes empresarios, sino al empresario de a pie, a la gente que tiene algún emprendimiento. A ese el Estado tiene que hacerle la vida más fácil”, plantea el economista.
Una de las mayores trabas para generar empresa y empleos es la enorme carga social que se les aplica a las empresas formales a través de imposiciones como el doble aguinaldo, los beneficios sociales innecesarios, la absurda norma por la que se debe justificar el despido y la tramitología sin fin, enumera Saravia.
“Genere (el Estado) seguridad jurídica para que la gente que hace empresa se sienta segura. En otras palabras institucionalidad y respeto estricto a la propiedad privada y veremos que a medida que vamos implementando estas medidas la gente va empezar a invertir, a contratar y, ese movimiento va generar el plan B que necesitamos”, aconseja.
Saravia considera que hacer estas reformas es urgente porque hemos llegado a “una situación que es cada vez más insostenible”.
“Estamos llegando a un punto en que nuestra deuda es tan alta, nuestras reservas son tan bajas y no tenemos plan B”, reflexiona.
“Mi frustración es que no veo una decisión política para hacerlo”, se lamenta el entrevistado.