Sólo en el subsidio directo a la gasolina y el diésel se erogará alrededor de $us 1.100 millones. “Esto es insostenible”, dice Mauricio Medinaceli.
(#RadarEnergetico).- Que los subsidios a los hidrocarburos son un problema cada vez más grande para las cuentas del Estado, es algo que ya no es noticia. Sin embargo, es posible que todos estos años hubiéramos estado viendo solo una parte del problema.
Escudriñar en el detalle y encontrar, por ejemplo, que no es uno si no cinco tipos de subsidios que el Estado mantiene sin fecha final o, que este año se gastará alrededor de $us 4.000 millones, son solo algunos de los hallazgos del documento ‘Precios y subsidios a los hidrocarburos en Bolivia 1986 – 2025’, publicado recientemente luego de un estudio minucioso realizado por Mauricio Medinaceli Monrroy, economista, especializado en el ámbito energético y Marcelo Velázquez Bilbao La Vieja, Máster en Ciencias Económicas con especialidad en Investigación, ambos socios fundadores de Energy for Sustainable Development (esd) bajo cuyo paraguas se realiza la publicación.
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El documento en su primera parte hace una recopilación histórica de la forma en la que se fijaron los precios y subsidios desde 1986 y, en la segunda parte, hace una revisión y estimación de los subsidios al petróleo, a los derivados del petróleo y al gas natural.
En ese sentido se identifican cinco periodos, comprendidos en los años 1986 – 1996, 1997 – 1999, 2000 – 2003, 2004 – 2005 y 2005 – 2022 en los que se implementaron precios y subsidios a los hidrocarburos en Bolivia.
SUBSIDIOS Y COSTOS
El primer subsidio es el clásico, “el que todos conocen, es decir comprar caro el diésel y la gasolina fuera del país para vender barato acá”, explica Mauricio Medinaceli en entrevista con Radar Energético.
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Por ese diferencial de precios, el TGN le entrega a YPFB unos papeles que se llaman notas de crédito fiscal negociables (NOCRES) y luego con esos papeles YPFB puede pagar sus impuestos.
Se estima que para este año este subsidio estará en el orden de los $us 1.100 millones, dice el investigador.
El segundo se llama Costo de Oportunidad. Este subsidio surge porque los productores de gas y petróleo venden al mercado interno a un precio más barato que el precio de exportación. Entonces, no venden a su oportunidad más rentable y por la brecha que hay entre el precio de exportación y el precio del mercado interno hay un subsidio. “Esto es un poquito más difícil de ver, pero sí afecta a las cuentas del estado”, dice el coautor del estudio.
Y ejemplifica. “Si Tarija decidiese vender su gas no a los bolivianos sino a la exportación, entonces las regalías y el IDH serían calculadas sobre el precio de exportación”, cuatro a cinco veces más alto. Entonces, “es la región productora que está subsidiando y también los operadores a través de su margen bruto. Si uno levantase este subsidio, el gas para el consumidor en Bolivia sería más caro, pero las gobernaciones y los municipios tendrían más dinero porque los impuestos serían más altos”, plantea Medinaceli.
Este subsidio Costo de Oportunidad este año estará en el orden de los $us 2.100 millones.
El tercer subsidio denominado Actualización de Márgenes, se explica en el sentido de que como los precios de la gasolina y el diésel están congelados desde hace más de 15 años, tampoco hubo una actualización de precios para las refinerías; el almacenaje, transporte, etc. Entonces, “la refinería sigue recibiendo la misma cantidad de bolivianos por litro, pero claramente sus costos de operación son más altos que hace 15 años”.
“Este es un subsidio que la gente no lo ve, pero existe porque lo paga YPFB, las estaciones de servicio porque les siguen dando el mismo margen que hace mucho tiempo, lo paga YPFB Transporte, etc.”, argumenta el investigador y analista.
Este subsidio está estimado en $us 440 millones para este año.
El cuarto subsidio identificado es un sacrificio del IVA. Si se quitaran los subsidios al precio final de los combustibles, el Impuesto al Valor Agregado (IVA) sería también más alto. Es decir, “hoy el IVA se calcula sobre un precio de la gasolina de Bs. 3,74. Si el precio fuese de Bs. 7, por ejemplo, el IVA sería más alto. Ahí el Estado pierde y es plata que podría utilizar en educación, salud, etc. en lugar de contraer deuda. En términos simples ese es un subsidio que lo hace el Estado a través de recaudar menos IVA”, explica.
En ese ítem se estima alrededor de $us 390 millones para este año.
Finalmente, el estudio identifica al Incentivo a la Exploración de hidrocarburos como un subsidio que el Estado entrega para algunas empresas petroleras, privadas y estatales, que cumplen con algunos requisitos para acceder al mismo. Para este año este ítem está en $us 159 millones que va directo a los productores. “No siempre reciben todo este monto los productores, pero el presupuesto es ese”, dice el analista.
“Entonces estamos hablando entre todos estos tipos de subsidios de $us 4.189 millones para este año, que representa el 11,6% del PIB, y es el subsidio denominado Costo de Oportunidad que explica la mitad de este monto”, asegura Mauricio Medinaceli.
“ESTO ES INSOSTENIBLE”
Para un Estado que recibe cada vez menos ingresos por la venta de gas natural, pero que gasta cada vez más en subvencionar el consumo, es claro que las cuentas no cierran.
“En el pasado podíamos darnos el lujo de subvencionar porque exportábamos mucho gas y con ese dinero podíamos subvencionar”, explica. “A partir de 2016 la exportación de gas comienza a caer y por tanto ya no tenemos el dinero para subvencionar gasolina y diésel. Esta situación no es sostenible porque se espera que la producción de gas vaya cayendo y por tanto la importación irá subiendo”, se lamenta.
“El gobierno lo sabe, el señor Evo Morales lo sabía en 2010 por eso quiso levantar el subsidio”, recuerda el analista.