Analistas consideran que no tendrá un impacto mayor y que es una medida simbólica. 50 millones de barriles serán consumidos en menos de tres días.
(#RadarEnergetico).- Los precios de la gasolina en los surtidores de Estados Unidos han subido en más de 50% en un año. Un nivel asfixiante para las clases medias y los trabajadores en un momento de recuperación económica posCovid-19.
Esta situación, a poco del Día de Acción de Gracias, la celebración familiar más importante de este país, ha empujado al Gobierno de Joe Biden a liberar 50 millones de barriles de petróleo de los 605 millones que tienen guardados a lo largo de las costas del golfo de Texas y Louisiana en cuevas de sal como reserva estratégica, buscando detener la inflación que ha sido inversamente proporcional a su popularidad cada vez más declinante.
«A medida que salimos de un parón económico mundial sin precedentes, el suministro de petróleo no ha seguido el ritmo de la demanda, obligando a las familias trabajadoras y a las empresas a pagar el precio«, dijo Jennifer Granholm, secretaria de Energía de los Estados Unidos.
Según Fox Business, la Casa Blanca dijo que la medida adoptada este martes refleja el «compromiso de Biden de hacer todo lo que esté en su mano para reducir los costes para el pueblo estadounidense y continuar con nuestra sólida recuperación económica», al tiempo que mantiene el compromiso de la administración con los «ambiciosos objetivos de energía limpia», que están incluidos tanto en la Ley de Infraestructuras bipartidista que Biden firmó la semana pasada, como en su programa Build Back Better, que la Cámara de Representantes aprobó igualmente la anterior semana.
Desde el año 2000 Washington sólo liberado dos veces las reservas estratégicas pero los precios han reaccionado al alza en vez de lo esperado.
Con anterioridad fue George H. Bush quién sacó 17 millones con ocasión de la primera guerra del Golfo contra Sadam Hussein, en 1991. Y lo mismo hizo en 2005 su hijo George W. Bush tras el paso del Katrina, y Barack Obama en el 2011 tras el colapso de Libia.
Lo interesante de esta ocasión es una medida concertada ya que no solo Estados Unidos toma esta decisión, sino también se han sumado China, Japón, India, Corea del Sur y Reino Unido, para que también liberen parte de sus reservas estratégicas y así ayuden a aumentar la oferta de crudo.
La medida conjunta busca hacer frente a las decisiones de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) que mantienen su progresivo aumento de producción sin variar el calendario que decidieron para impulsar los precios en el marco de la pandemia.
Sin embargo, la cantidad de reservas liberadas de EE.UU. no parecen ser un volumen significativo como para generar un cambio de dirección en los precios del petróleo y por ende en los consumidores finales.
50 millones de barriles serán consumidos en menos de tres días en un país, que según datos a 2020, consume una media de unos 19 millones de barriles de petróleo al día.
Varios analistas han coincidido en que la medida es más simbólica que efectiva. «El impacto sobre los precios no debería ser persistente», decían los analistas de TD Commodities, citados por France24.
Los estadounidenses pagaron una media de 3,29 dólares (23 Bs) por galón en octubre, la más alta desde septiembre de 2014. Un galón es igual a 3.7 litros.
Sin embargo, en noviembre las alzas no se detuvieron. Este lunes, en el Estado de California, la gasolina regular sin plomo rompió el récord histórico de $us 4,6 (32 Bs) por galón, establecido en octubre de 2012.
Si el objetivo de soltar reservas es plantar cara a la OPEP (y sus aliados, con Rusia) para que aceleren su aumento de producción de petróleo, no parece que se haya conseguido. De hecho, como recordó la IEA en mayo, “ante la previsible reducción de la demanda, la cuota de mercado de la OPEP subirá del 37% actual al 52% en 2050”. Es decir, que el cártel se siente más fuerte.
Por otro lado, también se apunta un contrasentido en un contexto de transición energética. Mientras se necesitan más se necesita bajar el consumo de combustibles fósiles, el mayor consumidor inyecta más petróleo a su inventario.
Utilizar las reservas de crudo podría generar críticas.