Perú es el único país de la región que ha logrado construir una planta de licuefacción para exportar gas natural licuado (GNL) y que está en funcionamiento producto del proyecto de gas Camisea.
(RE).- Dos mensajes contradictorios que salen desde el mismo Gobierno peruano tienen a los inversionistas preguntándose qué es lo peor que puede pasar en el sector gasífero de ese país.
Por un lado, el presidente del Consejo de Ministros, Guido Bellido, dijo en un mensaje en Twitter: “Convocamos a la empresa explotadora y comercializadora del gas de Camisea, para renegociar el reparto de utilidades a favor del Estado, caso contrario, optaremos por la recuperación o nacionalización de nuestro yacimiento”.
Convocamos a la empresa explotadora y comercializadora del gas de Camisea, para renegociar el reparto de utilidades a favor del Estado, caso contrario, optaremos por la recuperación o nacionalización de nuestro yacimiento.
— Guido Bellido Ugarte (@GuidoBellidoU) September 26, 2021
Por otro lado, el presidente de la República, Pedro Castillo, y el ministro de Economía, Pedro Francke, reiteraron durante su reciente gira internacional que el Gobierno no tiene planes de expropiar.
Puntualmente el presidente dijo ante el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Washington: “No somos comunistas, nosotros no hemos venido a expropiar a nadie, nosotros no hemos venido a ahuyentar las inversiones, por el contrario, llamamos a los grandes inversionistas, los empresarios para que vayan al Perú, para que lleguen al Perú”.
¿Son mensajes contrapuestos solo en apariencia o es una estrategia para tantear el ambiente?
La intención parece ser parte de los planes del nuevo Gobierno de izquierda, cuyo presidente dijo en un acto luego de ser posesionado que está dispuesto a “comprarse el pleito de recuperar el gas de Camisea para todos los peruanos”.
Sin embargo, los desencuentros en el Gobierno parecen no ser solo esos, este martes el Ministro de Salud, Hernando Cevallos, dijo que no compartía la posición de Bellido. “Creo que ha sido una declaración inoportuna porque finalmente si lo que queremos es tener la posibilidad de renegociar y de sentarnos con la empresa para lograr mejores condiciones en el país, no es aconsejable ir con el pie en alto”, dijo, citado por el diario Gestión.
A su turno, el presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), Raúl Jacob, señaló que el gas de Camisea ya es de todos los peruanos a tiempo de resaltar que ya hay experiencia en el pasado de que el Estado quiso controlar grandes recursos y fue un desastre.
“Hay que hacer una importante reforma de gran impacto para el país que permita que estas que no se den estas situaciones absurdas” (…) “Ya tenemos experiencia en el pasado que el Estado quiso administrar una gran cantidad de actividades económicas y francamente fue un desastre”, manifestó.
Por su parte, Óscar Caipo, presidente de la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas de Perú (CONFIEP), dijo que “es un mensaje muy desafortunado y muy negativo para la generación de confianza y estabilidad que requiere el país para poder seguir invirtiendo y con eso generar empleo”, citado por El Comercio.
¿QUÉ ES CAMISEA?
Los yacimientos de Camisea están ubicados aproximadamente a 500 kilómetros al este de Lima, en el departamento de Cusco, situado en la zona central sur del país. En su momento, su desarrollo era de vital importancia para el Perú, estos yacimientos permitirían revertir el déficit de energía por el declive de la producción de petróleo y el deterioro de las actividades de industria. Los reportes internacionales sobre la energía mundial ubican al Perú en el tercer lugar en cuanto a reservas probadas de gas natural en Sudamérica. Se estima que los yacimientos de gas de Camisea poseen 12,4 millones de pies cúbicos de reservas probadas. Son yacimientos estratégicos en el país, que proveerán gas a Perú por los próximos 20 años.
En 2004 el consorcio firmado con Pluspetrol, la empresa multinacional, ganó la licitación del lote 56. En este consorcio participan también las empresas Hunt Oil, SK Corp., TecPetrol, Sonatrach y Repsol.
Posteriormente se construyó la planta de licuefacción mediante la cual se procesa el gas para ser exportado a diferentes países.
