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¿Qué se sabe de lo dicho por Bolsonaro de llevar gas argentino a Brasil?

La mejor opción sería que el gas de los yacimientos argentinos llegue a Brasil pasando por los ductos bolivianos.

(RE).- “Estamos en negociaciones con Argentina. Gas de Vaca Muerta. Saldrá algún día, porque no es fácil empezar a importar gas, crear, construir ductos”, dijo el presidente de Brasil en una transmisión vía redes sociales y que levantó una gaseosa repercusión no solo en los dos países aludidos, sino también en Bolivia.

Según archivos de prensa, el año pasado el embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, dijo que “estamos en la etapa exploratoria ahora. Existe la voluntad de ambos gobiernos de avanzar con el proyecto” (…) “Brasil necesita el gas y sus industrias acogerían con agrado un gas más barato, como el no convencional, mientras que asegurar un gran mercado atraería a los inversores a Argentina”, dijo.

Hasta ahí son declaraciones que marcan una intención política al más alto nivel de encaminar un proyecto de gran envergadura. Sin embargo, ¿Qué tan factible es esta idea, cuáles son los aspectos técnicos que se deben tomar en cuenta y porqué la opción boliviana es la mejor en caso de que madure este proyecto?

Radar Energético tuvo acceso a información técnica, pero al mismo tiempo especulativa relacionada a lo que consistiría la construcción de un proyecto de exportación entre los dos gigantes de la región.

Inicialmente, si la idea sería construir un nuevo gasoducto Argentina-Brasil, costaría aproximadamente $us 5.000 millones los cuales tendrían que ser financiados por un grupo de empresas que ingresen en el proyecto porque ya no hay una ‘gran’ Petrobras como en el pasado que era dueña del mercado, de los ductos y de las decisiones. Al contrario, Petrobras está saliendo del negocio. Es decir, el Estado brasilero está saliendo del esquema para dar paso a los privados. Así ha quedado establecido en el Nuevo Mercado del Gas y se viene trabajando en esa realidad desde hace varios años.

Por otro lado, se sabe que los demandantes brasileros están buscando opciones de gas porque hay que reemplazar la producción de Bolivia, quieren comprar gas más competitivo y para eso hablarían con los productores argentinos. “El escollo es por dónde van a llevar ese gas y si es la mejor opción hacerlo por un ducto difícil de financiar y que llevaría al menos tres años construirlo después de que se aprueben todos los permisos ambientales”, dijo una fuente sectorial a este medio.

En la industria petrolera se sabe que el problema de exportar gas es el transporte y la forma en que se financian los ductos.

Negociaciones, financiamiento, permisos ambientales, regulaciones, contratos, volúmenes, etc. marcarían la ruta de una aventura de construir un gran gasoducto, de los que no se construye hace muchos años en la región. De hecho el último y tal vez el mayor fue el gasoducto Bolivia-Brasil construido a finales de la década de los 90´s.

No se conoce que se esté negociando actualmente esta opción y tampoco el presidente de Brasil mencionó la opción de construir un ducto, sólo enfatizó en lo difícil que es hacerlo.

LA ECUACIÓN BOLIVIA

El 22 de junio reciente el analista en temas de energía, Álvaro Ríos, en una entrevista con Radar Energético sugirió que Bolivia debe articular entre productores en Argentina y demandantes en Brasil para que el gas de Vaca Muerta llegue a la demanda por ductos bolivianos que van quedando con capacidad ociosa.

La idea sería que el gas natural argentino producido en el yacimiento Vaca Muerta (gas no convencional – shale gas), fluya al norte hasta acoplar con los gasoductos bolivianos y a través de estos se transporte hacia el mercado de Brasil que año tras año tiene una demanda creciente de este energético, y que de lo contrario será abastecido al menos en parte por el GNL o por el gas de los yacimientos brasileros del Presal.

Ahora ante la información reciente surgida desde Brasil, Ríos fue consultado por este medio y el analista reafirmó que “lo más rápido, efectivo y con menos inversión es pasando por Bolivia”. “La lógica es llevar el gas poco a poco y que los demandantes brasileros vayan firmando contratos con los productores, haciendo el transporte a través de Bolivia, incrementando el mercado de manera de no cederle el espacio al GNL (Gas Natural Licuado, gas por barcos) porque si eso sucede, el GNL se va comer el mercado, Argentina no va producir, Bolivia no va transportar y el gas va venir desde fuera de la región”, vaticinó.

Llevar gas argentino a Brasil pasando por Bolivia ahorraría más $us 4.500 millones al proyecto porque la infraestructura ya está hecha, aunque el gas tenga que recorrer más de 4.000 kilómetros entre Neuquén en Argentina y Porto Alegre en Brasil, pasando por Bolivia.

Según Ríos habría que invertir ‘sólo’ entre $us 400 y 500 millones para adecuar el sistema en el lado argentino y con eso se tiene para establecer un mercado incremental y no un ducto gigantesco en el que no hay quien ancle la demanda y quien ponga el financiamiento.

Además, es la opción que toma menos tiempo para los interesados y, por otro lado, si Bolivia no toma esta iniciativa sus grandes ductos podrían quedar sin gas los próximos años.

El analista quien también lidera la consultora Gas Energy Latin America, mencionó que la demanda brasilera de gas natural se incrementará en cerca del 70% la próxima década, lo que quiere decir que Brasil requerirá cada vez más gas, pero al mismo tiempo tiene cada vez más opciones para comprar.

“La lógica económica y ambiental dicta que se debe llevar el gas por donde hay infraestructura construida”, enfatizó Ríos.