El proyecto podría truncarse si un proceso judicial calificado de “irracional”, tiene éxito y favorece a los ex trabajadores los cuales ya fueron indemnizados.
(RE).- Luego de haber invertido Bs. 475 millones en la última década, haber pagado Bs. 407 millones en regalías mineras y Bs. 390 millones en impuestos y patentes, ante el agotamiento de sus yacimientos mineralógicos, la Empresa Minera Paitití (Emipa), subsidiaria de la canadiense Orvana, cerró sus operaciones extractivas en 2019 y pasó a dedicarse a dos proyectos; el de procesamiento de Óxidos y el aprovechamiento del material acumulado en el dique de colas.
PROCESAMIENTO DE ÓXIDOS
Según información a la que tuvo acceso Radar Energético, en los últimos años, en base a una nueva gestión corporativa, la firma ha ido analizando una cartera de proyectos futuros. Es así que se ha identificado el stocks de material que la empresa ha ido acumulando durante varios años de producción en el Cerro Don Mario, provincia Chiquitos de Santa Cruz, en los derechos mineros que tiene la compañía.
Este proyecto consiste en obtener de las 2 millones de toneladas de Óxidos, del material ya explotado, mineralizado, recuperaciones “interesantes” de oro, plata y cobre, mediante un proceso metalúrgico óptimo y tecnológicamente rentable que ahora es posible y que antes precisamente por falta de tecnología adecuada no lo era.
El procesamiento de Óxidos se obtiene por medio de distintas reacciones físicas y químicas, producto de los cuales se extrae el mineral de los residuos explotados.
De este proceso la empresa planea obtener tres productos finales; barras doré de oro y plata, cátodos de cobre y sulfuro de plata.
Según pudo conocer Radar Energético, la inversión en el proyecto de Óxidos es de varias decenas de millones de dólares, lo que significa una apuesta importante con futuros beneficios para la región, el país y los accionistas.
Este proyecto cuyas inversiones iniciales ya se pusieron en marcha, busca comenzar a producir a finales de 2023, pero podría ponerse en riesgo su continuidad si un proceso judicial emprendido por 68 ex trabajadores, prospera en la justicia.
Es una señal peligrosa para la inversión, dijeron fuentes del sector minero.
EL PROCESO
En octubre de 2019 la empresa dejó de extraer minerales debido a que los costos se habían acrecentado y el volumen recuperable más la ley del mineral habían caído notablemente a punto de generar pérdidas a la compañía.
Al ser un recurso no renovable, el proceso de cierre de actividades fue inminente mientras se realizan nuevos prospectos exploratorios que puede demorar años, como lo fuera inicialmente la Mina Don Mario la cual tardó 10 años hasta comenzar a producir.
Es así que al dejar de tener ingresos, la empresa decidió liquidar de manera legal al personal y dejar estrictamente la mano de obra esencial. Pasó de tener 224 trabajadores a 38 y gastó 6 millones de dólares en el proceso de indemnización, de los cuales 3 millones de dólares provienen de un crédito bancario para este propósito. El 75% de los trabajadores aceptó su retiro inminente, pero un grupo de 68 trabajadores busca en la vía judicial ser reincorporados aunque no existan actualmente operaciones en la empresa.
Fuentes de Emipa informaron a este medio que la reincorporación del personal en el caso de que así lo decida la justicia, implicará la quiebra de la empresa con las consecuencias que ello implica en diferentes ámbitos. De ser reincorporados simplemente “no harían nada” porque no hay trabajo que hacer actualmente en la compañía, manifestaron.
Al presente, solo 38 personas trabajan en la minera dedicadas a aspectos administrativos, técnicos, mantenimiento y cuidado de infraestructura, maquinaria y especialmente en lo relacionado al desarrollo del proyecto Óxidos en lo que está enfocada la empresa para tener continuidad de operaciones en Bolivia.
PROYECTOS
El proyecto de procesamiento de Óxidos se encuentra en etapa de factibilidad, en proceso de ingeniería conceptual y detalle, así como en la ingeniería del financiamiento.
La empresa dice haber puesto mucha dedicación en los últimos meses a terminar detalles en este proyecto el cual sigue teniendo como una espada de Damocles el aspecto laboral-legal sobre su cabeza, lo cual impide un mayor impulso al mismo.
La compañía espera preservar el bien mayor el cual es la salud financiera de la empresa para que esta siga operando en esta nueva etapa de procesamiento metalúrgico.
Por otra parte, Emipa tiene en carpeta otro proyecto, el de aprovechamiento de minerales existentes en el material acumulado en el dique de cola producto de la explotación de varios años, en un espacio de 76 hectáreas.
Alrededor de 6 millones de toneladas que podrían contener oro, plata y cobre, y que su aprovechamiento colateral es una práctica normal en la actividad minera. Este proyecto aún se encuentra en su etapa inicial.
Además, en el portafolio también está un tercer proyecto el cual es la exploración en sus diez derechos mineros en las 54 mil hectáreas de concesión que tiene la empresa en el precámbrico en la búsqueda de un horizonte más amplio de operaciones en esta región de Bolivia en los próximos años.
Este proyecto aún se encuentra en etapa de recopilación, ordenamiento y cruce de información geológica así como técnica.
Emipa opera en el sudeste del departamento de Santa Cruz a 480 kilómetros de la capital, en la mina Don Mario desde 2002.
Los últimos yacimientos explotados por la compañía entre 2018 y 2019 en esta mina fueron Cerro Félix y, posteriormente, el yacimiento Las Tojas.
Hoy la compañía espera que el camino se allane para que las inversiones venideras puedan seguir fluyendo así como ocurrió en los últimos años productivos.