El desarrollo tecnológico está diseñando una nueva frontera para el H2.
(RE).- Si el hidrogeno es capaz para impulsar cohetes espaciales, alimentar la llama olímpica de Tokyo o mover los buses de de los atletas, por qué no podría servir para impulsar una nueva era de combustibles limpios para la Tierra.
No es tan fácil, sin embargo, el hidrogeno en su generación a través de fuentes de energía renovable, llamado Hidrogeno Verde, está dando pasos hacia el propósito de encontrar su espacio en el futuro energético global.
“Las razones principales tienen que ver primero con las propiedades constitutivas del hidrogeno como energético. Tiene propiedades físicas y químicas que le permiten ser una muy buena alternativa. Tiene un alto poder calorífico, lo que quiere decir que puede entregar mucha energía por unidad de masa”, asegura Patricio Lillo, Profesor Adjunto del Departamento de Ingeniería de Minería de la Pontificia Universidad Católica de Chile – Ingeniero Industrial y Magíster en Ciencias, en dialogo con Radar Energético.
Chile demostró bastante avance en hidrógeno, con una Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde, metas claras establecidas para la próxima década y un número de proyectos en desarrollo. El Profesor Patricio Lillo señaló que Bolivia al igual que Chile cuenta con abundantes recursos para producción de energía solar, uno de los más altos del mundo. “Para nosotros esta es la década del hidrógeno, el caso de Chile, así la vemos”, afirmó.
Asimismo, complementa que al tener esa disponibilidad de recursos solares, eso permite que la energía eléctrica generada a partir de la energía fotovoltaica sea muy barata. “Es uno de los pilares que hace que el hidrogeno sea una alternativa atractiva”, dice.
El principal insumo para el costo del Hidrogeno (H2) Verde es la electricidad, “más del 60% del costo del hidrogeno por kilogramo es el uso de la energía eléctrica para romper esa molécula de agua. En la medida entonces que tengamos una energía no contaminante barata, se va obtener un hidrogeno barato”, explica.
Eso quiere decir que las centrales fotovoltaicas son una condición favorable para generar energía no emisora de gases de efecto invernadero.
TECNOLOGÍA
El primer impulsor para ver al hidrogeno verde como una alternativa es la necesidad de buscar alternativas a los combustibles fósiles. “Segundo, tiene que ver con el desarrollo tecnológico que ha vuelto a esta tecnología más barata, más disponible. Tercero, un plan agresivo de incentivos. Algunas sociedades conscientes de esta necesidad han impulsado programas ambiciosos en el desarrollo de estas tecnologías en diferentes países, los ejemplos son muchos”, dimensiona el profesor Lillo.
“Hay países que han puesto al hidrogeno como prioridad como combustible alternativo al diésel y eso ha ayudado a desarrollar todo un ‘ecosistema’ tecnológico”, complementa.
Sin embargo -dice el especialista- la tecnología es solo una parte, “muy importante, pero solo una parte del ecosistema que permite la introducción de sistemas de hidrógeno”, tan importante como los sistemas logísticos, las economías de aprendizaje, el desarrollo de los sistemas de mantenimiento, la estructura comercial y toda la cultura cívica y social relacionada con el desarrollo de estas tecnologías.
CÓMO SE PRODUCE
El hidrógeno elemental es relativamente raro en la tierra y es producido industrialmente a partir de hidrocarburos, como por ejemplo el metano. También puede obtenerse a partir del agua a través de un proceso de electrólisis. Este método utiliza la corriente eléctrica para separar el hidrógeno del oxígeno que hay en el agua (H2O), por lo que, si esa electricidad se obtiene de fuentes renovables, se produciría energía sin emitir dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera. Es a través de este mecanismo que se obtiene el denominado Hidrogeno Verde.
“Es ese hidrogeno que se utiliza como vector energético. Ese hidrogeno se lo junta con el oxígeno disponible en el aire atmosférico y se produce energía eléctrica para ser inyectado por ejemplo en un motor”, explica el profesor quien también es miembro de la Asociación Chilena de Hidrógeno y del Centro de Energía de la Universidad Católica de ese país.
“El desarrollo tecnológico se está produciendo en las zonas más ricas del mundo. Alemania, Francia, Japón, España, Estados Unidos, Canadá, Corea del Sur, etc. Esto está a la par con la cantidad de recursos y capital humano que estos países están dispuestos a invertir”, analiza.
FACTORES
Finalmente, el especialista asegura que para que los proyectos de generación de hidrogeno verde sean exitosos tiene que, la sociedad a través del Estado, estar comprometida con estos proyectos. “Tiene que haber una política pública que permita la llegada de estas tecnologías, y eso significa compromiso, recursos, capital humano para desarrollar este proceso, en un Estado que permita acompañar el riesgo”, sostiene.
Asimismo, recomienda realizar proyectos piloto, masivos, que permitan desarrollar el capital humano, generar el conocimiento, acompañamiento financiero, etc.
El tema de la legitimidad no es un aspecto menor en este tipo de proyectos en opinión de Lillo. “Tiene que haber legitimidad por parte de los territorios donde se realizan”, recomienda.
Los próximos cinco años serán clave para el desarrollo del Hidrogeno Verde en los nichos que le corresponda.
De acuerdo al Consejo Mundial del Hidrógeno, el problema son los costos de producción y que si estos se abarataran al menos un 50 % para 2030 “estaremos sin duda ante uno de los combustibles del futuro”.
Al paso que va ese futuro podría no ser muy lejano.
Un ejemplo tangible es el protagonismo del Hidrogeno Verde en los Juegos Olímpicos de Tokio, donde autos, buses, y hasta el pebetero, se alimentan de él.
Es posible que el futuro haya acortado su camino.